Philip Garrel en la Filmoteca

La Filmoteca Nacional concluye en la presente semana la programación del curso 76-77, y, lo hace con una clara selección vanguardista. Philip Garrel, René Allio, Haynowsky y Scheumann, Duras y Hanoun componen en parte los nombres propios de esta última semana.

«Las chicas me piden que haga determinados filmes -declaró Garrel- Por ejemplo, viene Zouzou y me dice: "He visto Prima della revoluzione y está muy bien. ¿No podrías hacer un filme así sobre mí?" Hice Marie pour memoire. Entonces me dice que copio, con lo que no estoy de acuerdo en absoluto. Nico viene a verme y me dice que ha visto Easy Rider, de Dennis Hooper. "Es muy buena. ¿Harás algo así por mí?" Entonces hice La cicatrice intèrieure con Nico. Tenía la impresión de haber tomado Easy Rider, pero de hecho es algo que se desplaza... Sin embargo, prefiero los filmes que hago dialogando con una mujer a los que hago dialogando con mi padre. El hecho de que sea alguien de la familia me bloquea el campo de investigación. Es únicamente por esto. No por estética sino por los personajes del filme.»De René Allio se proyectarán dos filmes inéditos, de los cuales Les camisards tenía prevista su exhibición la semana anterior, lo que no fue posible por razones ajenas a la Filmoteca. El otro filme que se proyectará de este realizador es Pierre et Paul.

Haynowsky y Scheumann, realizadores de la República Democrática Alemana, y que en alguna medida entroncan con el documentalismo político, uno de cuyos máximos exponentes vivos es Joris Ivens, se proyectan dos películas:

El putsch blanco, de 1975, y Yo era, yo soy, yo seré, ambos sobre el Chile de VInochet. El último de los dos filmes citados, a juicio de Marcel Martin, «constituye uno de esos tour de force habituales en estos realizadores. Mediante una astucia -que la película revela- logran enviar operadores a los campos de concentración de Pinochet y obtienen así documentos abrumadores contra el terror instaurado por los golpistas. Cierto es que estos reportajes no nos hacen asistir a es cenas; de tortura ni de ejecuciones: todo está tranquilo, limpio, como en los campos nazis cuando la comisión de la Cruz Roja anunciaba su visita, pero la realidad de esos hechos es suficientemente conocida de todos. Los trabajos de Heynowsky y Scheumann no constituyen simples reportajes sino que, según la fórmula de Jean Vigo, dan «un punto de vista documentado» sobre: la historia política y social. Su empeño tenaz en buscar la ver dad como cineastas sólo puede igualarse con la lucidez de su método de análisis como ciudadanos».

De Marguerite Duras se ofrece Le camion, realizada en 1977, y de Marcel Hanoun, Le regard.