Gran Bretaña puede volver a cuestionar su permanencia en la CEE
La continuidad del Reino Unido como miembro de la CEE será uno de los temas sobre los que el pueblo británico podría pronunciarse en las próximas elecciones generales, dijo ayer en Londres el ministro de Energía, Tony Benn, uno de los parlamentarios laboristas que hace dos años hizo campaña en favor del «no» en el referéndum por el que se ratificó la permanencia de su país en la Comunidad Económica Europea.Tony Benn, al que se ve en el Reino Unido como el jefe principal de la izquierda moderada de los laboristas y al que se sitúa como posible sucesor de Callaghan en el liderazgo del partido, dijo que al Gobierno le quedan varias alternativas con respecto a la CEE: luchar por cambiar sus presentes regulaciones económicas, tratar de anular las decisiones que den más poder al Consejo de la CEE que al Parlamento de Londres, o abandonar por completo la Comunidad.
El ministro de Energía, que hablaba en una conferencia de prensa del comité creado por su partido tras el referéndum para revisar las relaciones Reino Unido-CEE, se abstuvo de hablar del tema de las elecciones directas al Parlamento Europeo, un asunto que divide profundamente al Gabinete al que pertenece. Sin embargo, su intervención se produjo en el acto en el que el comité presentó un documento en el que señala que la creación de un Parlamento Europeo acentuaría la pérdida de poder que ya padece el Parlamento de Londres con respecto a las cuestiones comunitarias. «Las elecciones directas no son una respuesta a nuestros problemas», aclaró.
El comité de salvaguarda de los intereses laboristas frente a la Comunidad ha realizado su informe sobre la base de lo que está costando al Reino Unido su permanencia en la CEE.
Las normas agrícolas comunitarias impiden a Gran Bretaña comprar en los mercados que desee Esa imposibilidad desniveló la balanza comercial en seiscientos millones de libras el año pasado. Durante los primeros cuatro años de relaciones formales y completas con la CEE, el déficit británico con los seis miembros primitivos ha sido de tres billones y medio de libras. Durante los próximos cinco años, el Reino Unido tendrá que pagar cerca de 3.000 millones de libras para el presupuesto del Mercado Común.
A cambio, dice el documento. Gran Bretaña ha conseguido muy poco. En especial, su índice de desempleo no ha mejorado, y en general, «la CEE ha contribuido enormemente a agravar nuestros problemas y ha dañado seriamente nuestras posibilidades de recuperación».
Las conclusiones del documento son políticas: el Partido Laborista debe oponerse al principio de la elecciones directas, que convertirían a Gran Bretaña, en un Estado federal «arrinconado», con su Parlamento sin poder real, y ha de presionar para lograr, en ese contexto, una completa transformación de la política agraria de la Comunidad; también debe seguí oponiéndose a la devaluación de la denominada «libra verde», con la que el Reino Unido protege su balanza comercial agrícola.
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