Sorpresas del paseante.
De vez en cuando los paseantes de Madrid, de los que ya quedan pocos, desgraciadamente, se encuentran con alguna sorpresa urbana. como la que ha supuesto la colocación de varias esculturas de Angel Orensanz en los jardines que rodean al Museo del Prado y a los situados frente al Arco del Triunfo, en la Ciudad Universitaria. Las esculturas. sin juzgar su valor artístico, embellecen sin duda ambos paisajes ciudadanos, habitualmente deteriorados como cualquier otro de la capital de España. El autor de las obras ha querido simbolizar de alguna manera la primavera, y ha titulado a los conjuntos «Gritos de primavera en la Moncloa» y «Laberinto de primavera en el Prado». De momento, los paseantes están agradecidos; a lo mejor. los críticos de arte no lo están tanto.
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