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Carter considera imprescindible una retirada en Oriente Próximo

El presidente Carter dijo ayer que cualquier solución pacífica del conflicto de Oriente Próximo deberá pasar por la retirada israelí de los territorios ocupados en la orilla occidental del río Jordán, y reveló algunos detalles del acuerdo inicial entre Norteamérica y la URSS sobre limitación de armamentos estratégicos.

En una conferencia de prensa celebrada en la Casa Blanca, Carter aseguró que Estados Unidos no tiene la intención de imponer un arreglo pacífico en Oriente Próximo, pero dijo estar convencido de que la retirada «total o parcial de Israel de los territorios ocupados será una parte del futuro acuerdo de paz. La política de Washington en el área, afirmó el presidente, seguirá las resoluciones de la ONU, que piden paz permanente en la zona, fronteras seguras para Israel y solución del problema palestino.Carter rehusó especificar cuáles deben de ser esas fronteras seguras de Israel y comparar su visión del problema con la solución propuesta por William Rogers, secretario de Estado en la primera época de la Administración Nixon. El problema deberá ser resuelto por las naciones implicadas en el conflicto, añadió carter, en lo que se consideró una crítica velada del plan pacificador de Rogers, que se elaboró «sin consulta previa a las partes envueltas».

Para el presidente norteamericano, las recientes conversaciones de Ginebra sobre limitación de armas estratégicas fueron de carácter meramente exploratorio, aunque ambas partes realizaron un «sincero esfuerzo» para discutir los problemas. Según reveló Carter, el «acuerdo marco», al que Vance y Gromiko llegaron en Ginebra, consta de tres partes:

1) Un tratado básico que tendrá vigor hasta 1985, en el que se incluirán las armas sobre las que existe acuerdo y que significará una «reducción significativa» sobre el pacto de Viadivostok.

2) Un protocolo adicional, que tendrá «dos o tres años» de vigencia, en el que se incluirán las armas más conflictivas, como el rnisil Crucero norteamericano y el bombardero soviético Backfire.

3) Una declaración de principios que comprometería a ambas partes a continuar con las conversaciones SALT III, que llevaría a «cortes drásticos» en los niveles de armamento de ambos lados.

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