La amnistía y el resto del país
El problema de la amnistía es un tema que, aunque toma un especial arraigo en el País Vasco, con un creciente y lamentable costo en vidas, no afecta exclusivamente a aquél. En una de las últimas amnistías, los medios de comunicación (RTVE no, naturalmente) adoptaron una postura bastante similar, afirmando se había realizado una especie de segregación con los vascos, dejándoles a todos en las cárceles. Como últimamente comulgamos con frecuencia con ruedas de molino, nadie alzó su voz para decir que no es que se tratara de una manera especial a los vascos, sino que éstos eran los que habían realizado los actos más graves y, a tenor de las medidas de gracia no se les podía líberar. Hay una sentencia que se verifica en la actualidad, que dice que «el que siembra vientos recoge tempestades».Ahora el problema de la amnistía es más grave que nunca; se hacen manifiestos firmados por el «Grupo de Vergara», los partidos abertzales y ETA V militar y político-militar, en los que se amenaza claramente al pueblo español con la «reanudación de las ofensivas armadas», entre otras cosas de no cumplirse en una determinada fecha lo que ellos quieren. De todas formas, en pura hipótesis, la liberación de todos los presos vascos no afecta sólo a una porción de España, sino a toda ella. Es por ello por lo que resulta algo sospechosa, no antes, sino ahora, la «nacionalización» del problema en el País Vasco, cuando además muchos de los presos políticos actuales no son vascos. Creo que el problema, sus planteamientos y sus sígnificados rebasan el campo de la amnistía y rni opinión es que no debe escucharse sólo a los representantes, no elegidos por el pueblo ni legitimados con su voto, del País Vasco. Tampoco debe olvidarse que la población del País Vasco es muy grandemente superior al número de manifestantes, muchos de ellos, ajuzgar por los reportajes gráficos, menores de veintiún y dieciocho años.
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