Los líderes de la izquierda francesa inician la revisión del programa común
Hoy se abre, en París, una etapa esencial para la oposición francesa, integrada en la Unión de la Izquierda. Los líderes de las tres formaciones que la componen, Robert Fabre (radicales de izquierda), Francois Mitteirrand (socialistas) y Georges Marchais (comunista), se reunirán para iniciar el proceso de «actualización» del Programa Común, firmado en 1972, y que con el paso del tiempo y, sobre todo, como consecuencia de la crisis económica, ha envejecido. El problema de las nacionalizaciones será el más arduo.
La actualización del Programa Común será dura y larga, según los observadores políticos en vísperas de la «cumbre» de esta mañana del martes. Respondiendo al líder socialista, señor Mitterrand, que la semana pasada, en su debate con el primer ministro, Raymond Barre, rechazó parcialmente la valoración económica del programa hecha por los comunistas, el secretario general del PCF, Marchais, se ha mostrado intransigente, repitiendo que sus cifras no tienen nada de «utópico».El problema de las nacionalizaciones enfrentará seriamente a los tres partidos de la «unión»: los socialistas desean mantener las que ya figuran en el deicumento de 1972, los comunistas quieren ampliarlas y los radicales de izquierdas reducirlas. Por otra parte, Mitterrand tendrá que tomar sus precauciones, forzado por la tendencia minoritaria de su partido, el CERES, grupo que se sitúa a su izquierda, y que ayer amenazó con una «ruptura inevitable» si la mayoría dirigida por Mitterrand no observa ciertas normas de «buena conducta».
Lucha en la mayoría
En el campo gubernamental, el éxito por puntos del primer ministro, en su debate con el señor Mitterrand, «no debe tener ninguna consecuencia sobre la organización de la, mayoría», advirtió anteayer el líder gaullista Jacques Chirac. La lucha entre las tres corrientes que sostienen al presidente de la República, no anuncia díasfáciles de momento. El problema de fondo se centra en torno a la personalidad que debe dirigir las operaciones para llegar a las elecciones con el máximo de posibilidades para vencer a la izquierda. El señor Barre, que ayer rechazó el reto que le lanzó el señor M archais para mantener un debate en la televisión, continúa indeciso, a pesar de que el presidente le designó como el hombre que debía coordinar y dirigir las formaciones de derechas.Estas tres corrientes (giscardianos, radicales y gaullistas), durante las últimas 48 horas, siguen analizando de manera diferente el pro- blema. En el Congreso del Partido Radical, celebrado el último fin de semana, resultó elegido secretario general Jean Jacques Servan Schreiber, que ha vuelto al puesto que abandonó hace un par de años. Desde el momento en que fue elegido declaró que el primer ministro no era quién para dirigir la mayoría hacia las elecciones y que el interlocutor debía-ser Chirac. El líder de centristas giscardianos Jean Lecanuet, por el contrario, señala al primer ministro como el jefe indiscutible de la mayoría.
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