Música española en el Centenario del Fonógrafo
Este año conmemora el mundo el Centenario de la Invención del Fonógrafo, y el Patronato Nacional constituido oficialmente para organizar los actos adecuados, con la colaboración de la Industria Fonográfica y el Ministerio de Información, han organizado un concierto pensado desde dos supuestos: lo español y lo multitudinario. Breves obras de compositores nacionales -Arriaga, Toldrá, Chávarri, Guridi y Sarasate- y otra francesa dedicada a España, tal la Rapsodia de Chabrier, tuvieron en la Sinfónica de RTVE, bajo la dirección de Enrique García Asensio, traducciones fervorosas. Versiones que a cualquier crítico extranjero le habrían parecido arquetípicas de nuestra furia, nuestro color y nuestro calor. Interpretaciones a lo España que hermosa eres, dicho sea sin afán de ofender y sólo para ahorrarme palabras explicativas.En medio de ese conjunto de pentagramas, de los que brota con claridad el espíritu de regiones, nacionalidades o las tan rápidamente pasadas instancias unitarias (el engorroso calificativo, quiero decir), dos nombres nos recuerdan una realidad universal y una posibilidad de universalidad frustrada por la muerte. Me refiero, fácil es comprenderlo, a las Noches de Falla y a Los esclavos felices de Arriaga. Rosa Sabater, heredera notable de uno de los grandes intérpretes de la obra de D. Manuel, nos dio lecciones de autenticidad y sobria expresión en los «nocturnos». Dos no menos excelentes solistas, los violinistas Víctor Martín y José Luis García Asensio, levantaron a golpe de virtuosismo y de gracia, la gran navarrada de Sarasate en la Rapsodia que dedicara a su tierra. ¿Qué decir de «la fila del Marxant» de Toldrá, nacida de la conjunción cultural con el teatro de Gual, de la estética y soleada Estival de Chávarri o de las estupendas transformaciones sinfónicas de Guridi sobre temas vascongados? Todo ello tiene su valor, sobre todo porque posee belleza y buen hacer, pero sirve al tradicional color local sin llegar a saltar barda alguna. De lo dicho se deduce que los organizadores de la conmemoración han estimado por igual lo que podríamos llamar importante o trascendental y lo profundamente entrañable. No está mal cuando se trata de recordar no sólo una hazaña universal, de tan diversas dimensiones como la invención del fonógrafo, y de paso la insercción de España en la aventura. Cuando se quiere subrayar la posibilidad social de la música grabada: llegar a muchos más, alcanzar la superventa y el disfrute más amplio, a través del número y el espacio, de cosas antes reservadas a las minorías asistentes a los cenáculos musicales. El éxito del concierto -presidido por la Reina de España- fue tan grande que el programa hubo de ser ampliado con uno de los capolavori zarzuelísticos: La boda de Luis Alonso, de Giménez.
Teatro Real
Orquesta S. R TVE. Director: García Asensio. Solistas: R. Sabater, V. Martín, J. L. G. Asensio.