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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sicología casera

En relación al artículo Los sicólogos, en busca de su identidad profesional, aparecido en su estimado periódico el pasado día 3, quisiera exponer, para su publicación en la medida de lo posible, mi nefasta experiencia en uno de esos pretenciosos gabinetes sicológicos, que desde su absoluta falta de moral y desmedido afán de lucro han contribuido a crear la lamentable situación y - el desprestigio en que se encuentra actualmente la mencionada profesión.El gabinete al que aludo, y que conozco perfectamente, pudiendo aportar un sinfín de datos, demostrablemente auténticos, está dirigido por una persona licenciada en Derecho, cuya experiencia en sicología se limita a la dudosa obtención de un diploma tras la realización de unos cursillos para posgraduados. Bajo esta dirección, por otra parte de personalidad claramente paranoica, se pretende dirigir sicologicamente a unos 30.000 niños en edad escolar, repartidos por la totalidad del territorio nacional.

El sistema utilizado para tan importante y encomiable labor se limita a la tan conocida e impopular aplicación de tests, que una vez contestados por el niño van a parar en cantidades masivas (baste multiplicar 30.000 por un promedio de siete pruebas) y de una manera indiscriminada a estudiantes universitarios cuya motivación más positiva para la correcta elaboración del trabajo encomendado consiste en unas míseras condiciones económicas que constituyen una verdadera explotación de sus circunstancias y que el gabinete trata de compensar brindándoles la oportunidad de adquirir una cierta experiencia profesional, con lo cual el resultado de la corrección de los tests cumplimentados por los niños y generosamente pagados por los padres, a un promedio de seiscientas pesetas niño, son sencillamente demenciales.

Cabe destacar hechos tan lamentables como la «fabricación casera» de toda una batería de tests, de primero de EGB a COU, pasando por formación profesional, elaborados por el citado gabinete, sin ningún índice técnico de correlación, validez, fiabilidad, etcétera, e incluso presentados a los niños con claros y determinantes errores de imprenta. Ignoro si el empleo de estos tests ha sido aprobado por los organismos competentes y en caso afirmativo, que dudo, aconsejar a a los responsables del hecho la realización de una experiencia con sus propios hijos.

Con los datos obtenidos, normalmente erróneos cuando no inventados, a causa del extravío de un buen número de pruebas, se elabora un informe de cara a padres y educadores, que en nada tiene que ver con la auténtica personalidad del hijo-alumno.

El alcance de la gravedad del falso contenido de estos informes sicológicos, en muchos casos ratificados en entrevistas personales de los padres con los responsables de estos desmanes, no podría calcularse, dado que, en buena parte de los casos, tanto los profesores, en su mayor parte congregaciones religiosas, como los bienintencionados, pero ingenuos, padres, tratan de poner. en práctica los consejos de lo que ellos creen una experta dirección sicológica, equivocando así el correcto y trascendental encauzamiento de la formación personal, familiar, social y vocacional del niño.

Aplaudo, apoyo y animo a los auténticos, honestos y competentes profesionales de la sicología, a la urgente creación de un colegio profesional que vele y luche por sus justas reivindicaciones y ataque de raíz los abusos de personas sin escrúpulos que desprestigian día a día una de las más humanas e importantes profesiones de que dispone la sociedad.

Agradeciéndole su atención y felicitándole muy sinceramente por su magnífica dirección del más prestigioso diario nacional, le saluda muy atentamente:

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