Ràfols Casamada
No es extraño que ciertos pintores jóvenes reconozcan en Ràfols una vía similar a la suya, como sucede con Jordi Teixidor (Valencia, 1941). La diferencia generacional se acusa, sin embargo, en la lentitud del proceso que Ràfols ha tenido que efectuar hasta llegar a don de ha llegado. Lentitud paralela, claro está, a la sufrida por el con junto de la vida cultural de nuestro país en el período que va de la posguerra hasta ahora. Así, pues, lo que en los jóvenes ha sido el paso de una abstracción a otra, en Ràfols ha consistido en un inicio figurativo más o menos tradicional para pasar a un pop con inclusión de collage y por fin a esta muestra actual, en la que casi exclusiva mente deberíamos hablar de pintura. Y de una pintura, valga decirlo, que aunque ha asimilado la actual problemática de la especificidad de esta práctica, discurre por unos caminos totalmente personales.Varios son los elementos de este trabajar en la pintura. En primer lugar, el pequeño formato (salvo raras excepciones) lo separa de un fácil mimetismo a la americana y le confiere un tono intimista y de experimentación mucho más cercano a las obras de las primeras vanguardias (no en vano el montaje en la galería de la serie «maderas combinadas» recuerda bastante a los montajes constructivistas). En segundo lugar, existe toda una problematización de los medios pictóricos empleados, desde el soporte hasta los pigmentos y la textura. Así, el color empapa totalmente las maderas delgadas, haciéndose mate, mientras que sobre las telas se esparce muy diluido, como en un boceto.
Ràfols Casamada
Galería Adriá. Consejo de Ciento, 286. Barcelona
La utilización del color como elemento constructor proviene directamente de Matisse, a quien admira, tomando de él tanto el aspecto sensual como ordenador de lo que el pintor ve (el color como «condensación de sensaciones»). En el terreno del soporte, Ràfols ha retomado la combinación de varias superficies, procedimiento empleado en las últimas obras de Stella, con la diferencia de que aquí el color no corresponde exactamente a los límites del formato, sino que continúa en la madera de detrás, o a la inversa. Por otro lado, no se trata jamás de una tinta plana ni de una textura pastosa que siga un ritmo gestual: se trata de un campo de color en el que las gamas pueden fusionarse y en el que el spray se utiliza para producir una mayor ambizüedad en las zonas.
Babelia
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