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Quince mil personas, en el funeral por las víctimas de Basauri

Más de 15.000 personas asistieron ayer en la iglesia de Ariz, de Basauri (Vizcaya), al funeral por las siete victimas habidas el miércoles en la explosión de la fábrica de pinturas y esmaltes Ripolín, de aquella localidad.

El funeral, que se desarrolló con normalidad, fue oficiado en euskera y castellano por el párroco de la iglesia. Fuera, la Policía Armada -que masivamente había tomado los alrededores del templo en evitación de posteriores manifestaciones- debió hacer un fuerte cordón para permitir la salida de los féretros desde la iglesia hasta los coches mortuorios, que marcharían luego a destinos diversos.Al término del funeral habla convocada una concentración popular en una campa cercana a la iglesia. También había prevista una convocatoria para una manifestación que debía ir desde la iglesia de Ariz hasta un altozano situado frente a la fábrica. A la hora de redactar esta información no se tenían noticias en torno a estas dos convocatorias.

A lo largo de la jornada las centrales sindicales vascas, e incluso el Euskal Erakunde Herritarra -que agrupa los partidos políticos a la izquierda del PC- hicieron públicos comunicados denunciando, a propósito de este accidente, la falta de seguridad de la mayoría de las empresas de la provincia.

«Sólo los trabajadores -dice el comunicado de Comisiones Obreras (al que pertenecía una de las víctimas)- somos los verdaderamente interesados en garantizar la seguridad en el trabajo. Debemos iniciar, por tanto, un movimiento en todas las fábricas, talleres y tajos que ponga en cuestión las actuales condiciones de seguridad, tomando medidas urgentes en este sentido como lo han hecho los trabajadores de Petronor.» (La plantilla lleva un mes en huelga reclamando medidas de seguridad para la refinería.)

En los comunicados hechos públicos por centrales sindicales y grupos políticos se exige la formación inmediata de una comisión formada por los representantes de los trabajadores de Ripolín y de las empresas de la zona para investigar las causas del siniestro, para delimitar así, si hubiere lugar, responsabilidades.

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