Fraga y la legalización del PC en España
«La legalización del Partido Comunista Español desde el hundimiento de la República tras la guerra civil despertó gran número de comentarios en España y también malos modos subterráneos en parte de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el presidente Suárez, apoyado en el prestigio del joven rey Juan Carlos, parece haber tenido éxito con esta audaz operación cuya importancia simbólica es la de despejar el camino hacia una integración de España en la Comunidad Europea.Lo que más me intriga de este asunto es la violenta operación) manifestada por Manuel Fraga Iribarne, ministro de la Gobernación hasta el pasado julio, y partidario decidido de don Juan Carlos, aunque no accediera a la Presidencia del Gobierno, que fue a parar a Suárez. Fraga me dijo en junio de 1976 (y yo lo publiqué en esta columna) que era partidario de la legalización del Partido Comunista (que se hallaba entonces en la clandestinidad) después de las primeras elecciones legislativas.
«Para entonces -añadió- la sociedad española estará suficientemente renovada y fortalecida y será capaz de hacer frente a los problemas que pueda crear esa legalización.»
Esta afirmación se consideró entonces tan arriesgada, viniendo de un hombre que había sido minisiro de Franco, que el teniente general Fernando de Santiago, vicepresidente del Gobierno, pidió a Fraga que se retractase de lo dicho. Fraga se negó firmemente a rectificar lo que quizás le costara más tarde su puesto.
Desde entonces, Fraga se ha convertido en líder de una coalición centro-derechista, llamada Alianza Popular, y ha condenado ahora la legalización del PCE como, «un grave error político y como una farsa jurídica». Lo que me desconcierta es que Fraga, que es amigo mío, haya dicho que le parecia bien, legalizar al PC después de las primeras elecciones, es decir en junio del 77, y lo condena violentamente por haber ocurrido la legalización en abril del 77. ¿Pueden dos meses de diferencia ser tan importantes? Fraga dice que lo acontecido transforma la reforma en ruptura. Cyrus L. Sulzberger.»
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