El claustro de la Universidad de Barcelona se compondrá de forma paritaria

Después de cinco horas de intensos debates, la junta de gobierno de la primera Universidad de Barcelona decidió por veintidós votos a favor, seis en contra y tres abstenciones, ratificar la reforma, de sentido marcadamente democrático, del claustro general de la misma Universidad, acordado recientemente por el propio claustro.Con ello, sólo falta la autorización final del Ministerio de Educación y Ciencia, para que pueda afirmarse definitivamente que la Universidad de Barcelona cuenta con una textura plenamente democrática.

La reforma del claustro consiste esencialmente en que todos los estamentos estén presentes en el mismo de forma paritaria. Hasta ahora dominaba numéricamente la presencia de los profesores numerarios.

El antiguo rector, Manuel Jiménez de Parga, se opuso a que la junta de gobierno aprobase la reforma del claustro, argumentando que éste había sido impugnado. Finalmente hizo reserva de su voto.

La impugnación contra dicha, reforma fue suscrita por un centenar de alumnos -entre los que figuran conocidos dirigentes de la extrema derecha a nivel estudiantil- y una treintena de catedráticos, entre los que se encuentra el máximo responsable de Alianza Popular en Cataluña. La impugnación se basaba en la falta de representatividad de los estudiantes que participaron en el claustro.

Precisamente, teniendo en cuenta la existencia de aquella impugnación, en la junta de gobierno sólo pudieron votar dos estudiantes de los doce que estaban presentes en la sesión.

Respecto a la autorización final de la reforma del claustro por parte del Ministerio de Educación y Ciencia, existe en medios universitarios liberales un gran optimismo, basado en contactos directos entre el actual director, Juan Obiols y el propio titular del departamento ministerial. En ellos se había reconocido explícitamente que «la reforma del claustro no vulnera en absoluto la ley General de Educación», y, que, por tanto, sería aceptada por el Ministerio. De ser así existe el propósito de convocar antes de tres semanas un nuevo claustro, compuesto ya según las nuevas normas. Con ello se iniciaría un proceso claramente constituyente a nivel universitario que concluiría con la elección de un equipo rectoral situado en la órbita de las opciones políticas que propugnan. una Universidad «catalana democrática, científica y autónoma».