El Gobierno adoptará medidas contra el proteccionismo comunitario

El Gobierno español va a considerar formalmente la adopción de medidas defensivas en materia comercial, ante la ola proteccionista que se ha desatado en los países comunitarios contra los productos españoles. Los próximos lunes y martes han sido convocados en Madrid los representantes comerciales -agregados y jefes de oficinas- españoles en los nueve países comunitarios y los acreditados ante los tres organismos europeos: la propia CEE, el GATT y la OCDE.

Los doce representantes estudiarán con el ministro de Comercio, José Lladó, y altos cargos del Departamento, el actual estado de las relaciones hispano-comunitarias, y, sobre todo, las medidas que el Gobierno español pueda adoptar en contrapartida a las restricciones que últimamente vienen aplicándose a nuestros productos.El criterio de los actuales responsables del Ministerio de Comercio parece ser la de actuar con toda la firmeza que sea posible, en las actuales circunstancias, en defensa de los intereses de las empresas exportadoras españolas. En este sentido, aunque las autoridades del Departamento han elaborado ya algunos criterios de base, el propósito de la convocatoria de la próxima semana es de que cada uno de los representantes comerciales españoles planteen las posturas más acordes con sus respectivas áreas de influencia. Según impresiones recogidas por EL PAIS en medios comerciales, las medidas españolas pueden alcanzar, incluso, la adopción de lo que en términos comerciales se denomina retorsión; ello equivale a ar bitrar medidas similares a las que otros países adoptan con determinados productos españoles.

En estos momentos, los productos más afectados por medidas proteccionistas en los países euro peos son los siderúrgicos, los textiles y el calzado, aunque no se descartan nuevas medidas contra otros productos españoles.

En las reuniones de la próxima semana también serán estudiados los distintos aspectos de las negociaciones entre España y la CEE con especial hincapié en los efectos que una simple adaptación técnica del acuerdo de 1970 puede tener en nuestros intercambios con cada uno de los países europeos. No se descarta que en sucesivos días sean convocados en Madrid representantes comerciales en otros países o áreas en las que también se están aplicando medidas proteccionistas contra determinados productos españoles.

La actitud del Gobierno se presume firme. Al menos esa es la imprensión reinante en los distintos medios consultados. Por otra parte, los datos y conclusiones de estos contactos, deberán servir provechosamente para estructurar una base firme y real de negociación sobre la que sustentar las contrapuestas españolas al mandato aprobado por el Consejo de Ministros de la CEE en Luxemburgo, y rechazado -por insuficiente- por el Gobierno español en su reunión de hace una semana.