Estalla una bomba ante el despacho del ministro del Interior italiano
Una bomba estalló ayer a mediodía en Roma, ante el despacho del ministro del Interior Francesco Cossiga, en el tercer piso de un edificio céntrico. El policía de guardia sufrió solamente un grave estado de shock, pero a cien metros a la redonda saltaron los cristales de casi todos.
Este gesto viene a cargar de tensión la atmósfera que se respira en Italia, sobre todo en los ambientes políticos, a raíz del secuestro de Guido de Martino, hijo del líder socialista Francesco de Martino. La temperatura crece a medida que el terrorismo político, la «industria del secuestro» y la delincuencia común, modernamente organizada, demuestran día a día que el Estado es incapaz de prevenir, marginar, reprimir, y garantizar el orden público al hombre de la calle.El secuestro de De Martino ha sido reivindicado ayer a través de una comunicación a la agencia de prensa Ansa de Nápoles por Orden Negro, agrupación neofascista que exige la anulación del proceso que se está celebrando en Roma contra 119 afiliados a Orden Nuevo, otra organización de derechas prohibida, y la liberación de todos los neofascistas detenidos, incluidos los «camaradas prisioneros en España». Asimismo se'pide las dimisiones deljefe del Estado Giovanni Leone y del presidente del Parlamento, El delirante mensaje concluye afirmando que si no es difundido por todos los teledíarios televisivos de hoy, Guido de Martino «será ajusticiado con un tiro en la nuca».
Por otra parte, los Núcleos Armados Proletarios, de extrema izquierda, que representan en el sui lo que las Brigadas Rojas en el norte del país, han reivindicado también la paternidad del secuestro político con varias llamadas telefónicas en Milán y Roma, y amenazan con poner bombas en los tribunales de Nápoles y Roma si no es liberado uno de sus militantes y si el Estado no les paga 20.000 millones de liras.
La opinión pública ha reaccionado unánimemente, denunciando el «complot contra el Estado», y el plan para provocar la crisis de la democracia. El Consejo de Ministros italiano envió ayer un mensaje de solidaridad a Francesco de Martino, quien en declaraciones y en un artículo publicado en la prensa ha reiterado «que no hay que perder la cabeza y hacer con ello el juego de quien desea la tensión». La dirección del Partido Socialista está reunida en sesión permanente. En Nápoles se observaron ayer cuatro horas de huelga general y más de 5.000 personas asistieron a una manifestación en la que sindicalistas y políticos, entré ellos el secretario socialista Bettino Craxi, y el alcalde comunista de Nápoles, Maurizio Valenzi, condenaron la violencia.
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