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"No habrá tregua para la reforma pseudodemocrática"

«Nuestro primer cometido es el de poner cuanto esté de nuestra parte para que salgan de la cárcel los que todavía quedan dentro, porque aparte de tener las mismas ideas hay un compromiso moral.» Carmelo Garitaonaindía e Iñaki Biar, dos de los presos excarcelados en la pasada semana, contestan de este modo a nuestra pregunta acerca de sus planes más inmediatos.

«Si el Gobierno pretende -añaden- con esta amnistía a cuentagotas que está dando quedarse con rehenes para evitar la lucha en Euzkadi, está equivocado. No habrá tregua para esa reforma pseudodemocrática. Ya que no se puede devolver la vida a los muertos, el pueblo pide al menos que se les entreguen todos los derechos ciudadanos a quienes todavía quedan en las cárceles.»Carmelo Garitaonaindía nació en Bilbao hace veintisiete años, fue detenido por tercera vez en marzo de 1971 y condenado a un total de cincuenta años de cárcel. Estudiante de telecomunicaciones cuando fue detenido, durante sus seis años de prisión se ha licenciado en Ciencias Políticas y en Derecho, obteniendo este último título una semana antes de que se publicase el decreto de ampliación de la amnistía.

Iñaki Biar, nacido también en Bilbao hace veintiocho años, estudiaba quinto de Medicina en Valladolid cuando fue detenido el 22 de abril de 1969. Pese a que durante los dos primeros años se le negó toda posibilidad de continuar sus estudios, debido a que se encontraba incurso en un consejo de guerra sumarísimo, finalmente pudo terminar su carrera y licenciarse en Valladolid, adonde fue trasladado con escolta especial.

«Un medio tan adverso como es la cárcel contribuye a darte ánimos», dice Carmelo refiriéndose a la vida en el interior de la prisión. Acerca del régimen carcelario, endurecido durante los últimos meses, según todas las versiones, Iñaki Biar señala: «La huelga que hace unos días empezamos en Cáceres para protestar por las diferencias que establece el decreto de amnistía les ha costado a los tres compañeros que se han quedado allí veintiún días en celdas de castigo, incomunicados de sus familiares y del mundo exterior.»

Después de seis y ocho años en la cárcel son muchos los cambios que ambos han notado. «La primera impresión -dice Carmelo- de encontrarme fuera de la cárcel con el coche de la policía me hizo pensar que se había cambiado poco, pero cuando llegué a Atocha y a Bilbao, con las ikurriñas, los puños en alto y las pancartas, tuve ya la impresión de que se había producido un gran avance. Lo de Ondárroa, todo un pueblo en pie de homenaje a los represaliados, fue ya definitivo.»

«El verde, después de pasar Orduña, fue lo que me dio la impresión de estar ya en casa -señala Biar-. Luego, cuando llegamos a Bilbao y vi a la gente esperándonos, no me lo creía, pero la presencia de los autobuses de la policía me hizo temer que pudieran cargar en algún momento. El hecho de que no interviniesen es ya un síntoma del cambio producido en la posición de fuerzas. »

Iñaki Biar ingresó en la cárcel como militante de ETA. Sale de prisión como miembro de una organización trotskista, LCR-ETA VI. El explica cómo vivió en la cárcel el proceso de la escisión de ETA: «Fue una evolución colectiva en base al estudio del marxismo y las nuevas condiciones surgidas a raíz del consejo de guerra de Burgos. Al mismo tiempo que evolucionaba ETA en el exterior, lo hacíamos nosotros, porque nos las ingeniábamos para tener publicaciones clandestinas a pesar de las tremendas dificultades que había para disponer de materiales políticos.»

Durante los seis años que Carmelo ha permanecido en prisión pudo gozar de tres días de libertad. Fue a raíz de la fuga de Segovia el pasado año. «Realmente cuando entramos en el trailer pensamos que esa noche íbamos a cenar en San Juan de Luz. Después vinieron los disparos de la Guardia Civil, el miedo, y de nuevo la esperanza cuando avistamos los búnker de la frontera. Espero volver al pueblo en el que nos ayudaron para devolver unos pantalones que me dejaron en aquella ocasión.»,

Iñaki Biar contesta a nuestra pregunta sobre cómo recibían en las cárceles las noticias de las muertes producidas en manifestaciones pro amnistía: «Nos afectaban profundamente, porque en un sentido literal eran muertos por nuestra libertad. »

Una última consideración acerca de la amnistía: «Si no hay libertad para que se expresen todos los partidos políticos -dice Carmelo Garitaonaindía-, si no hay libertad de huelga y manifestación, esta amnistía no es otra cosa que una libertad condicional que nos puede conducir de nuevo a la cárcel en cualquier momento.»

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