Los clarinazos de Tábano
Cambio de tercio (1926-1931, de la Dictadura a la República) es una fiesta teatral. Actores y espectadores se divierten en la gran complicidad de un punto de vista «sanamente tendencioso» y desde luego, muy gratíficante. Como ya hiciera en Castañuela 70, el grupo expresa una situación plenamente española y la centra en el período histórico que va desde la dictadura de Primo de Rivera, hasta el advenimiento de la Républica. El arco general acota las líneas fracasadas de un reformismo político intentado olímpicamentedesde arriba. El arco privado subraya el fracaso del protagonismo que pierde su espíritu de clase, su condición de proletario y acaba en asesino a sueldo de una patronal. Con esos elementos pueden gestionarse varios y muy distintos tratamientos teatrales. Las gentes de Tábano, muy consecuentes con su trayectoria, la búsqueda de un teatro popular, con elementos populares -Castañuela, El retablo del flautista, La ópera del bandido- afrontan la farsa, tan sistemáticamente, negada a nuestro público, y combinan música, mimo, baile y canto, bajo el signo del humor. Formalmente recuerdan los elementos que alrededor de 1930 utilizaban la revista, el circo y el cabaret y este lenguaje es un maravilloso puente de comunicación. El corrosivo «pastiche» de Lola Gardenia, el divertido número de los presos amnistiados con que acaba la primera parte, el tratamiento de los episodios carcelarios, el dibujo íntegro de las situaciones y los personajes, tiende a buscar la complicidad de un público joven que es, a la vez, informado e invitado a perder la neutralidad.Se ha hecho muchas veces -y se seguirá haciendo- elegir a un personaje, aquí Nicolás Ceballos, y adjudicarle una serie de posiciones que puedan connotar las líneas mayores de una tipología con carácter histórico. Así, el discurso político se expresa en anécdotas representativas que pueden ser expuestas popularmente, alegremente, casi circescamente.
Cambio de tercio, creación colectiva del grupo «Tábano»
Texto, música, escenografía, interpretación y dirección: Tábano.En la Sala Cadarso.
Esto, las gentes de Tábano lo hacen con una frescura, una lucidez y una potencia incisiva que están fuera de comparación con cualquier otro trabajo de nuestras gentes de teatro. La verdad es que sobre el grupo -como sobre el TEI- recae la enorme responsabilidad de haber roto con la famosa línea «comercial» y haber presentado, para una nueva vida política, y una nueva sociedad, un riguroso teatro nuevo. Este teatro cuenta ya, también, con un público apasionado y participante que genera circuitos de exhibición y avanza conquistando salas -la Cadarso, el Alfil- especializadas en ese nuevo teatro. Este teatro reflexionado y formalizado a nivel de comunidad creadora se impone, como objetivo primario, la comunicación absoluta. e instantánea. Ante los casi diez años de vida de Tábano es posible estimar que sus gentes investigan unas líneas de expresión altamente imaginativas, que están explorando las posibilidades lúdicas del teatro de pista y de la pasarela revisteril. Esta posición confiere a las propuestas de Tábano una vivacidad de ritmos, sonidos y colores que conecta. instantáneamente con la esperanza de sus audiencias. Algún «gag» de Cambio de tercio -por ejemplo, el del monaguillo y su coleta-,, algún efecto visual -por ejemplo la comida-, más la alegría y luminosidad generales de la interpretación toda confieren, a la intención crítica, una absoluta redondez de fiesta compartida.
Nada de esto se reduce a un repertorio de intenciones. Los integrantes del grupo han realizado un gran trabajo de liberación personal y dominan todos los resortes de su viejo y nuevo oficio. La gran complicidad de los asistentes certífica, una vez más, la posibilidad de un teatro no mercantilizado, y por ello, quizás, festero, alegre y delstelleante. Cambio de tercio es, como su nombre indica, un estupendo clarinazo.
Babelia
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