Una invitación al señor Mendoza
Leo con absoluta perplejidad la carta de réplica de D. Carlos Mendoza, que publica EL PAIS el domingo 13 de marzo.Asegura el señor Mendoza que «la afirmación de que el Metro madrileño es incómodo depende siempre del concepto que cada uno tenga de la comodidad». Debo en tender que D. Carlos no está bromeando al hacer esta aseveración. Consecuentemente, tengo que pensar que el señor presidente del consejo de administración de la Compañía Metropolitano de Ma drid no ha montado nunca en Metro,en horas punta. Creo que debía haber realizado un viaje de prueba, al menos antes de tomar la pluma para hacer determinadas afirmaciones.
El hecho cierto de que el Metro de Madrid no tenga empleados «empujadores», como al parecer existen en Tokio, no quiere decir forzosamente que su presencia no sea necesaria. El motivo de su ausencia puede ser también el reducir los gastos de explotación y paliar en parte de esta manera la delicada situación económica por que atraviesa, al parecer, la sociedad. En Madrid, a determinadas horas, el público viaja en el exterior de los trenes subido en los topes entre los coches. ¿Conoce el señor Mendoza este hecho espeluznante?
