Carabineros, miñones y mozos de escuadra
Estoy seguro de no ser el único depositario del deseo general de la reposición o vuelta al servicio de instituciones que coadyuvarían al restablecimiento del orden o a mantenerlo sin ásperas fricciones que perturban la convivencia nacional.El Cuerpo de Carabineros quedó disuelto al final de la guerra civil, fundiendo lo que quedó de sus fuerzas al de la Guardia Civil, con lo que recaían sobre ésta innumerables y muy graves responsabilidades, no sólo de vigilancia, sino de carácter fiscal, correspondientes a la Haciendá Pública.
La Guardia Civil cumple fiel y sacrificadamente su dura y abnegada misión, consciente del cumplimiento de su deber, y, en algunos casos, por estricta y pura disciplina que le honra.
Las Diputaciones Forales de las Vascongadas y Navarra mantenían sus famosas instituciones regionales, que eran los «Miqueletes» o «Miñones», que se expresaban lo mismo en castellano que en «euskera», que prestaban útiles servicios de orden y que eran queridas y respetadas por todos.
Por último, en Cataluña, los «Mozos de Escuadra», dependientes de la Generalidad, y, antes de la Mancomunidad, cumplían, también un servicio comarcal valioso y efectivo, y se manifestaban en castellano y catalán.
Tanto los «Miñones» vascos como los «Mozos de Escuadra» catalanes colaboraban fiel y eficazmente con la Policía Gubernativa y con el Cuerpo General.
La Guardia Civil no puede, ni debe, continuar sometida a la tremenda tensión actual.
¿Porqué no volver a su actividad característica, principal y evidentemente rural, lejos de los grandes núcleos urbanos, despolitizada y devolviéndola a su primitiva y benemérita función?
Las incorporaciones de los antiguos Carabineros, «Miñones» y «Mozos de Escuadra» aliviarían sensiblemente la recargada y penosa responsabilidad de la Guardia Civil y cumplirían la función administrativa y de vigilancia para la que habían sido específica mente creados.
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