¿Quién es la autoridad monetaria?

El tema de la liberalización de tipos de interés se ha hecho inevitable al discutir cualquier propuesta de reforma del sistema financiero. Esta fijación en el tema, aunque necesaria, puede hacer olvidar con frecuencia el hecho de que tal medida no es la única posible y que su eficacia será mayor si va acompañada de otras que, por ejemplo, propiciasen la aparición de activos alternativos a los depósitos bancarios, ofreciendo al ahorrador una diversificación en la colocación de sus fondos. A pesar de ello, es útil para los propósitos de este artículo tomar aisladamente dicha medida para utilizarla como catalizador y presentar las distintas posturas que frente a la misma adoptan las diferentes instituciones del sistema financiero.1.º El Banco de España, de una manera. inequívoca y continua, a través tanto de sus informes anuales como de las intervenciones públicas de sus autoridades, viene sosteniendo una postura favorable a.la liberalización de los tipos de interés. Para no extenderse mucho bastará citar un juicio concreto que avala lo que venimos diciendo. «Al propio tiempo hay que intentar que lo que denominamos mercados financieros respondan más efectivamente a los rasgos de unos mercados libres y competitivos» «y hacer recobrar a los tipos de interés las funciones de orientación que los precios tienen en los mercados libres» (presentación de¡ informe anual,julio 1976).

Cabe suponer que esta actitud lleva implícita otra paralela de sesoramiento en base tanto al mejor funcionamiento de los mercados financieros como a la mayor eficacia en el ejercicio de la política monetaria.

2.º ¿Esta labor de asesoramiento qué efectos prácticos ha tenido? Dos han sido hasta el momento, y refiriéndonos sólo al período. de tiempo más próximo, los pronunciamientos de la autoridad monetaria sobre el tema. El primero de ellos en el decreto del 8-X-1976, que, en su artículo 25 decidía: «Una actualización de los tipos de interés correspondientes a las operaciones activas y pasivas de las entidades de crédito con miras a una adecuada retribución del ahorro y a un mas idóneo destino del crédito». El segundo ha tenido lugar en el con junto de medidas de febrero de 1977, que al referirse ala política monetaria precisaba: « Proceder a la normalización y liberalización progresiva de los tipos de interés» En ninguna de las dos ocasiones esta declaración de intenciones se ha traducido en nada práctico. Ante esta situación cabe preguntarse: ¿Si el Ministerio de Hacienda, por fin, se ha convencido de la necesidad de estas medidas, y así debe ser, puesto que las anuncia, a qué se debe la ausencia de resultados?

3.º Ante la imposibilidad de penetrar en el laberinto que, contra toda lógica, parece existir entre el anuncio de una medida, y su puesta en práctica, cabe citar dos hechos que, sin aventurarse mucho, han de haber pesado bastante en la inoperancia de las declaraciones del Ministerio de Hacienda. Se trata, en realidad, de dos hechos motivados por un solo comportamiento: el de la gran banca. Después del primer anuncio (octubre 1976) se celebró una reunión en el Banco de España con un grupo de grandes banqueros que, ante el ofrecimiento de libertad para los depósitos a más de un año, no aceptaron (Actualidad Económica, 1-11- 1977). Con la segunda declaración de intenciones ha ocurrido lo mismo y en una reunión del Consejo Superior Bancario (EL PAIS, 9 y 10-III-1977) el secretario de Economía Financiera informó a la banca del proyecto del Gobierno de modificar la normativa de los tipos de interés. En la deliberación posterior, con opiniones encontradas, claramente reflejadas en las respuestas de varios bancos a una encuesta de EL PAIS, publicada estos días pasados, los representantes de los grandes bancos volvieron a pronunciarse por la congelación. Así, pues, una parte de la gran banca sigue sosteniendo, con éxito, una postura opuesta a las medidas ya acordadas por el Ministerio de Hacienda.

Ante estos hechos cabe formularse dos preguntas posiblemente ingenuas:

a) ¿Existe una autoridad monetaria que teniendo una concepción general del sistema financiero y su evolución deseable, vaya adoptan do gradualmente, pero con fuerza, las medidas que conduzcan a una mayor eficacia del mismo; o, por el contrario, las medidas que se adoptan en cada caso responden a las presiones de los intereses más poderosos en cada momento?,

b) Si existe una autoridad monetaria, ¿dónde radica?: ¿En el Ministerio de Hacienda, en el Banco de España o en la gran banca privada?