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Felgueroso: "La existencia de Hunosa se justifica por razones económicas"

La existencia de Hunosa se debe justificar a pesar de sus importantes pérdidas por razones económicas y no sólo por razones sociales de garantía de empleo. En estos términos se expresó reiteradamente el presidente de la sociedad, señor Fernández Felgueroso, en el transcurso de la junta general de la misma, celebrada en Oviedo, y en la rueda de prensa que posteriormente mantuvo con informadores nacionales y regionales y que fue presidida por el presidente del INI, señor Giménez Torres.

El señor Felgueroso, en su intervención en la junta dijo: «No se puede asistir indiferentemente al progresivo incremento de las pérdidas de Hunoso y menos aún quitarles importancia con el pretexto no válido de que los presupuestos del Estado se encargan de subvencionarlas. El funcionamiento de Hunosa, aparte de las razones de mantenimiento de empleo y suministro de recursos energéticos autóctonos, sejustifica también por razones económicas perfectamente cuantificables en una cifra que se puede considerar equivalente a la sustitución de importaciones que obtiene. Con el ritmo de aumento de pérdidas que viene experimentálidose en los últimos años, ambas cifras pueden llegar a equipararse en un plano no muy lejano, poniendo nuevamente en cuestión los argumentos favorables por la supervivencia de Hunosa, por el sostenimiento de sus puestos de trabajo y por su importante papel en la economía y la sociedad asturiana.»El señor Felgueroso insistió también en que ante las nuevas estructuras políticas en las que está entrando el país debe tenerse en cuenta que las subvenciones del Tesoro serán tema de discusión en el Parlamento, y que, por ello, la empresa debe insistir en la búsqueda de la mayor rentabilidad social.

Las pérdidas

En el presente ejercicio, las pérdidas de Hunosa se cifran en 8.259 millones de pesetas, con aumento del 21 % sobre el ejercicio anterior, lo que supone aproximadamente unos 1.500 millones de pesetas. La producción de Hunosa en 1976 fue de 3,5 millones de toneladas de carbón lavado. Esto supone un 17,7 % menos de lo conseguido en el año anterior, y un 25,8 % menos sobre los objetivos previstos al comienzo del año. Esta producción se ha conseguido con la más baja productividad de la historia de la empresa, equivalente a la de los primeros años, es decir, a 1967 y 68, en que se creó ésta. Esta baja de productividad se ha producido a pesar de que la producción por arranque mecanizado, en el que se ha utilizado material soviético y tecnología propia. La baja producción se debe fundamentalmente al conflicto que registró la empresa en el primer trimestre de 1976, y el grave absentismo que padece.En el pasado ejercicio, la facturación de la empresa fue de 10.078 millones de pesetas, de los cuales, buena parte se han destinado al pago de nóminas. El retraso en el pago de las subvenciones del Tesoro a la empresa obligó en el pasado ejercicio a la búsqueda de financiaciones externas en forma de dos créditos negociados en el mercado suizo, por valor de 2.400 millones de pesetas, pagaderos al 8 % en dos años. En ese ejercicio entró en vigor un nuevo convenio colectivo, que supuso unos aumentos de los salarios medios del orden del 20,1 %. Las inversiones en ese año supusieron una cifra de 3.114 millones de pesetas, de los cuales 2.011 son aportados por el Banco de Crédito Industrial en función de la acción concertada firmada hace un par de años.

En el aspecto de seguridad, el presidente de Hunosa señaló que en el pasado ejercicio se produjo la más baja cifra de accidentes mortales, catorce, aunque ésta sigue siendo muy importante.

Otro de los criterios expuestos por el señor Felgueroso se refiere al objetivo de diversificar la actividad de la empresa. Se trata de seguir los pasos de otras empresas carboníferas de otros países, que no tienen en la explotación del carbón su fuente fundamental de ingresos.

En materia de relaciones salariales, punto clave de la vida de la empresa, el presidente señaló que el pasado día 1 debía haber entrado en vigor automáticamente la segunda fase del convenio colectivo, y que ante los deseos expresados por los trabajadores se procedió a entablar nuevas negociaciones sobre el tema.

En la aplicación de esta segunda fase del convenio -señaló el señor Felgueroso- se llegó a una declaración de intenciones entre la empresa y los trabajadores, que está reflejada en la prórroga del mismo convenio. A esta declaración se llegó a través de reuniones con representantes de los trabajadores, elegidos por un proceso a través de compromisarios, entre los que se integran algunos miembros del jurado y representantes directos de los trabajadores. La declaración, según señaló el presidente de Hunosa en la rueda de prensa posterior a la junta, consta de dos partes: en la primera se señala la consciencia por parte de las personas que participan en la empresa de las dificultades reales presentes y futuras de la misma; en la segunda, se apunta un camino hacia el futuro, se señalan problemas reales de la empresa y se crean comisiones mixtas de estudio de los mismos, que en los próximos nueve meses trabajarán sobre ello.

Más adelante comentó: «La indudable madurez sociopolítica de nuestros mandos y trabajadores nos sitúa en condiciones relativamente satisfactorias en la actual fase de cambios. En estos momentos se nos plantea el problema de la definición clara sobre quiénes son los auténticos representantes del personal y la falta de un ordenamiento que distinga claramente lo legal de lo ilegal. Son temas que esperamos se resuelvan con rapidez y que tienen su importancia para una plantilla de casi 25.000 trabajadores distribuidos en zonas geográficas pequeñas.

Al plantear el tema del futuro de Hunosa, el presidente señaló que como acciones básicas se pretende hacer lo siguiente: «Primero, intensificar el control de las inversiones, nombrando responsables concretos y estableciendo análisis sistemáticos que permitan valorar y contrastar su rentabilidad; segundo, continuar la gestión ante la Administración, para intentar conseguir una definición de nuestra política financiera, que sirva para formar el futuro sobre bases sólidas; tercero, crear un clima de austeridad que elimine el ambiente de despego, frecuente en cualquier sociedad con pérdidas importantes; cuarto, buscar un espíritu de superación, marcando responsabilidades y objetivos a todos los niveles, estableciendo cauces de promoción de incentivo en el personal.»

Intervención del presidente del INI

El presidente del INI, señor Giménez Torres, que participó en la junta general como accionista en representación del Instituto, prógietano al 100 % de Hunosa, destacó las inversiones del INI en Asturias, que suponen unos 180.000 millones el 25 % de las inversiónes totales del organismo.Sobre Hunosa, el señor Giménez Torres dijo que se justifica por razón de la política energética que implica el desarrollo de la producción nacional en este sentido y asimismo por la garantía del empleo que crea el carbón en esta zona. «Estas razones -dijo-convierten a las actividades de Hunosa en rentables para la sociedad española.» Más adelante señaló que en Hunosa «tenemos la obligación de alcanzar cotas de ejemplaridad, ya que nuestro patrón y único accionista es el conjunto de los españoles y son ellos, por tanto, los que sufragan nuestras pérdidas».

Sobre el resultado del ejercicio pasado en la situación actual de Hunosa, el presidente del INI dijo: «Desgraciadamente no deja de ser muy preocupante el hecho de que el rendimiento obtenido en el pasado año sea el menor de los alcanzados en la historia de la empresa, aunque las causas estén claramente definidas y hayan sido perfectamente analizadas. Creo que esta baja productividad resume el desarrollo de un mal ejercicio, cuya última consecuencia es la importantísima curva de pérdidas que figura en la cuenta de resultados de la sociedad. Quiero indicar que esta cifra es superior a la que el INI,recibe de subvención del Estado para todas sus empresas. Pero más grave si cabe que los resultados del año es a mi juicio, el aumento que han representado las pérdidas, año tras año.»

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