Don Juan Carlos se entrevista hoy con Sadat
Con ausencia total de entusiasmo popular, a la vez que con cortesía oficial e importantes, pero diplomáticas declaraciones de amistad, se inició ayer la visita de los Reyes de España a Egipto. Baste decir que había llegado la comitiva real a su residencia en el palacio de Kubbeh cuando los egipcios continuaban pegando carteles con la efigie de don Juan Carlos y de Sadat en el trayecto desde el aeropuerto, durante el cual escasos egipcios, llevados en camiones, presenciaron el paso de ambos jefes de Estado.
El avión DC-9 Rosales, con el guíón real, tocó tierra egipcia a las tres y siete minutos de la tarde (dos y siete, hora española), y a las tres y cuarto los Reyes fueron recibidos al pie de la escalerilla del avión por el presidente Anuar El Sadat y su esposa, que habían llegado al ae ropuerto unos minutos antes en un helicóptero de la República Arabe de Egipto. Tras las salvas en honor de los Reyes, ambos jefes de Estado escucharon, sobre una alfombra, los himnos nacionales de España y Egipto, y pasaron revista a la guardia de honor, seguidos de sus esposas y séquito.A continuación, cuatro niños egipcios entregaron ramos de flores a los Reyes, quienes les besaron. El presidente Sadat presentó a las personalidades egipcias que le acompañaron en la recepción al Rey, entre las que se encontraba el vicepresidente de la República, el speaker de la Asamblea, el primer ministro egipcio y el.Gobierno, así como el gobernador de El Cairo.
Otras personalidades políticas que acudieron a recibir a los Reyes de España fueron el secretario general de la Liga Arabe, Mamoud Riad y el primer secretario de la Unión Socialista Arabe, organización política única de los egipcios, aunque con diversas tendencias en su seno.
La presencia del máximo dirigente de la Liga Arabe se interpreta como una muestra de cortesía hacia los Reyes, cuatro días antes de que éstos visiten la sede de la propia Liga, en donde se afrontará, seguramente, él tema -en opinión de un alto funcionario de la organización árabe- de las posibles repercusiones políticas para las relaciones hispano-árabes de un eventual reconocimiento español del Estado de Israel.
En las fuentes diplomáticas españolas se sigue negando sistemáticamente que este tema sea abordado, como tampoco se cuenta con la posibilidad, apuntada ayer en mi crónica, de un tete a tete del Rey con el líder de la OLP, Yasser Arafat (por cierto que anoche se comentaba la posibilidad de que este encuentro se produzca en el inmediato viaje del Rey a Jordania).
Sí parece seguro, incluso para los diplomáticos españoles, que las conversaciones con la Liga Arabe repercutan algo en las respectivas relaciones, árabes y españolas, con el Mercado. Común Europeo.
En lo que se refiere a las relaciones bilaterales hispano -egipcias, a pesar de las solemnes y afectuosas palabras de los brindis pronunciados anoche por ambos jefes de Estado, y del intercambio de condecoraciones del más alto rango, la más pragmática conexión es de orden económico. A principios de abril próximo, Egipto comenzará a devolver a España un crédito de 35 millones de dólares, a razón de dos millones y medio por semestre y con un interés del 4,5%. España, que prestó aquella suma fundamentalmente en bienes de equipo, aceptará su devolución en especie, sobre todo algodón y petróleo, según fuentes comerciales españolas.
A pesar de los créditos pendientes a favor de España, no se descarta en fuentes solventes que Sadat vuelva a pedir, aprovechando la visita de don Juan Carlos, nuevos créditos, a los que las propias fuentes españolas consideran arriesgado acceder, a pesar de la depauperada situación económica egipcia, especialmente en materia de tecnología y bienes de equipo. España estaría en condiciones de vender, y a buen precio para Espana, mejor que a conceder créditos a un interés casi irrisorio.
A nivel de ministros, Marcelino Oreja entabló ayer contacto con su colega egipcio, Ismail Fahmi, y hoy celebrará una entrevista con Kadumi, jefe del departamento político de la Organización de Liberación Palestina, en la que es posible que se prepare el encuentro don Juan Carlos-Yasser Arafat, en el que parece haber mostrado mucho interés el líder palestino, según nos informaba ayer el alto funcionario de la Liga Arabe antes aludido, confirmando algunas filtraciones producidas con procedencia española.
En el aeropuerto de El Cairo, el ministro de Asuntos Exteriores español -que encabeza, acompañado de su esposa, el séquito de los Reyes-, se negó amablemente al recibir la carta firmada por una veintena de periodistas españoles (de Efe, Arriba, ABC, La Vanguardia, Colpisa, Informaciones, Diario 16, además de varias revistas, entre otros medios periodísticos) que el enviado especial de EL PAIS, acompañado de otros colegas, intentó entregarle en representación de todos. El señor Oreja expresó su deseo de hablar más tarde con los informadores y dijo conocer ya los problemas profesionales existentes. «Ya he leído esta mañana las cronicas», añadió.
El desarrollo del viaje real fue ayer bastante protocolario, con la ritual ofrenda floral en el monumento del soldado desconocido y la cena oficial ofrecida a los Reyes por el presidente Sadat en el palacio de Abdine. Hoy, domingo, día laborable a efectos oficiales, aunque festivo para los comercios, que cierran (en línea con la tradición colonial), los dos jefes de Estado se entrevistarán y visitarán la zona del Canal y Alejandría.
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