Genscher intenta vencer la desconfianza israelí hacia Europa
El ministro federal de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, se ha trasladado a Israel por cuarenta horas, para entrevistarse con el presidente, con el jefe del Gobierno y con los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa de Israel. Esta «corta visita de trabajo», según la terminología oficial, se considera una de las misiones más dificiles de cuantas ha desempeñado Genscher desde que es ministro.Poco antes de la llegada del jefe de la diplomacia de Bonn a Jerusalén, el Gobierno israelí ha repetido que Europa debe abstenerse de interpretar un papel mediador en el conflicto de Oriente Próximo. No es competencia de Europa, según Israel. El único país cualificado para ello es Estados Unidos. Sin embargo, es precisamente Washington quien desea esta mediación, presumiblemente para no verse solo ante el peligro de un mundo árabe disgustado con Washington. Apenas regresado Genscher de Washington, ha volado a cumplir lo que parece deseo de la Casa Blanca y de la propia Europa: la búsqueda de la confianza judía para ejercer un papel mediador. Como respuesta a la desconfianza israelí, el ministro federal ha respondido que «no resulta indiferente a la República Federal de Alemania el que en Oriente Próximo haya paz o guerra», lo cual parece una velada alusión a los temores de Bonn respecto de una nueva guerra del petróleo.
Genscher ha presentado, a modo de acicate para valorar su presencia en Jerusalén, las observaciones reunidas por él mismo durante su viaje de hace un mes a Damasco, El Cairo y Amman. Siria, Egipto y Jordania verían bien una postura intermediaria de Europa y, especialmente, de la RFA.
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