Nuevas fricciones entre Bonn y Washington
Desde que se constituyó Alemania Federal, en 1949, no se habla observado un trasiego tan intenso de políticos alemanes que van y vienen de Washington como en estos días. La relativa lejanía alemana durante el período Ford se ha convertido ahora en una presencia constante de los hombres de Bonn en Washington.
El ministro Genscher, titular de Relaciones Exteriores, dice que no existe crisis de confianza entre USA y Alemania, pero no ha Concretado si ha logrado un acuerdo efectivo sobre el contrato de venta de instalaciones atómicas alemanas a Brasil. El jefe del Partido Socialdemócrata, Brandt, ha regresado también de Washington y ha calificado de «sólida» la amistad entre los dos países, aunque sin negar que existen «problemas pendientes», como el de las centrales nucleares. En el camino, ambos casi se han cruzado con el ministro de Defensa, Leber, que ha vuelto a tomar el camino de Washington a toda prisa para enmendar en lo posible el informe del Pentágono, desfavorable para el carro de combate alemán Leopard-2, candidato a convertirse en tanque de la OTAN en competencia con el XM-l estadounidense. Leber se propone también discutir la venta del sistema AWACS, igualmente norteamericano, en concepto de « sistema de obligada adquisición», destinado a los servicios de alerta de la propia organización defensiva occidental. Tanto para los alemanes como para los demás europeos aliados, la aceptación del AWCS su pondría un elevado desembolso de dinero.
En los medios militares alemanes se sostiene que el informe del Pentágono sobre el Leopard-2, constituye una +manipulación escandalosa». Ni tan siquiera parece aceptarse ya en Washington la uniformidad de determinados mecanismos del carro de combate en cuestión, como el sistema de tracción, las cadenas o los cañones de que va dotado.
Estados Unidos decide sobre esta arma en conjunto, sin pararse en detalles, y dice que la suya es mejor. Los alemanes insisten en que el Leopard-2 es más apropiado para las condiciones del clima europeo, y está mejor dispuesto para un posible enfrentamiento con el inevitable enemigo que son los soviéticos y su T-22, carro con el que en 1980 se formará el 40% de los efectivos acorazados del Pacto de Varsovia. -
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