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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre Melilla

Acogiéndome a la hospitalidad de su periódico, me veo en la precisión de contestar a la «nota» facilitada por Reforma Democrática, que se inserta en el diario, hoja 14, del día 11 de febrero, bajo el título «La actitud de León Solá sospechosa y sorprendente», en el trabajo que el editorialista denomina «Reforma Democrática, defiende a su presidente, Manuel Fraga», en mérito a la directa alusión que contiene respecto de mi modesta persona, que aparece calificada como «Sospechosa», políticamente hablando. Gracias por insertar estas líneas:Con fecha 16 de noviembre, tuvo entrada en la Secretaría de las Cortes el ruego que en mi calidad de procurador en Cortes de Representación Familiar por Melilla, a la que pertenezco por nacimiento, y me han honrado en las dos elecciones en serlo, al tener noticia de la desgraciada y desafortunada referencia del Libro Blanco editado por GODSA de R. D., con toda la energía, y con toda la repulsa de que fui capaz formulé el ruego al Gobierno, a través del presidente de las Cortes, que airearon el día 17, casi todos los organismos de difusión (prensa y radio), entre los que se encontraba, creo recordar, EL PAIS, lo que naturalmente, provocó una gran adhesión de partidos y personas. Por el contrario, en Ceuta y Melilla los «juicios y apreciaciones de los expertos, que redactaron el Libro Blanco», provocaron manifestaciones e inquietudes, de las que el presidente de RD, tuvo que defenderse, gastando su tiempo y sus energías, para rectificar y reconocer la españolidad y la soberanía española sobre estas dos ciudades «a las que el teniente Fraga» estaba dispuesto a defender con su sangre, (ojalá que ni él ni ninguno de nosotros tengamos ocasión, ni necesidad de hacerlo), como digo, esto ocurría en 17 de noviembre, «hace casi tres meses».

El B. 0. de las Cortes del día 9, no del 8 como dice la «nota», que guarda un orden de prelación ciertamente lento, ha publicado el ruego, como digo, el día 9 de los corrientes, desde cuyo momento comienza el plazo de un mes para que lo conteste el Gobierno, cuya respuesta aguardamos; por tanto, con ello debiera quedar contestada la pregunta que se hace RD en defensa de su presidente, de por qué no me referí a las «absurdas, disparatadas y más sorprendentes declaraciones del representante del Partido Comunista Andaluz», hechas tan sólo hace unos días. No las contesté porque ni era, ni soy, ni quiero ser «futurólogo», y no sabía que este nuevo intento de desmembración del territorio nacional se iba a producir por otro partido político; por ello, mal podía referirme. Supongo que está claro ¿no?

Mi filiación política es bien conocida por quienes me tratan en los medios en que he desenvuelto mis actividades políticas y parlamentarias, en estos casi «diez últimos años» en los que soy, por segunda vez, procurador por la Familia Melillanse; presidente del Centro de Hijos de Melilla; he sido delegado del Gobierno, durante más de un año, y Alcalde más de tres; entre los que me conocen, naturalmente, está su presidente señor Fraga. Lo que debe preocupar a RD ahora es cómo seleccionar «sus colaboradores», porque si «..sus expertos» autores de las desgraciadas páginas que han provocado una tan triste imagen de su partido, en lo que se refiere a las españolísimas ciudades de Ceuta y Melilla, y a la reacción del pueblo español, en un tema en el que los que tenemos sentido de la Historia y de la Patria, estamos de acuerdo con su nueva, y supongo no autorizada y compartida aportación, podría provocar otras nuevas polémicas, al menos de literatura, innecesarias a su presidente, a su partido y al más modesto de todos, que soy yo.

Permítaseme que quiera pensar que esta defensa sea de esa que los juristas llamamos de «negocios ajenos», y que el celo por RD le haya querido hacer significarse para escalar puestos a costa de unas suposiciones, que «gratuitamente califica de sospechosas», queriéndome incardinar políticamente donde desde luego «no estoy».

Le voy a descubrir «mi gallegismo» al sentirme tan Melillense, que entiendo que para servir íntegramente a mi ciudad y a su destino histórico-político, que pese a tener mis preferencias, «no pertenezco a ningún grupo parlamentario» (con lo difícil que eso me ha sido), y que «tampoco, pertenezco a ningún partido político», porque entiendo que todos los «grupos» y todos los «partidos» pueden y deben prestar la máxima atención al problema de la soberanía española de Ceuta y Melilla, y la mejor forma de poder acudir en demanda de ayuda a «todos» es ser «independiente de todos», que en este caso, es todo lo contrario de «insolidaridad», por que puedo solidarizarme con todos como le digo; y como la excepción hace la regla, he mantenido el advervio de cantidad «todos», pese a lo que sí puedo asegurarle que lo nunca seré, es «comunista», si esa es la causa de su gran «sospecha y sorpresa».

Creo que el señor Fraga hará bien en repasar la lista de sus colaboradores, al menos para que no le hagan perder su tiempo, que sabe emplearlo con dinamismo, con energía y tenacidad admirables, ya que es un hombre poco improvisador, porque nos tiene acostumbrados a decir lo que quiere decir, aunque para ello tenga que tener su nota, cosa que lo digo en términos de sincero elogio, porque entiendo que la improvisación produce un gran impacto, pero también mucha muletilla y mucha innecesaria repetición, por lo que les agradeceré que esta contestación aun «al proceder de una expontánea defensa», lo considere casi, como una colabo ración en su favor; y que, en cuanto a los autores de la «nota», les participio que convendría que leyeran la prensa y oyeran la radio todos los días (me refiero concretamente al 17 de noviembre pasado) que informasen antes de suponer o «sospechar»; que no presten tan relevantes e inútiles servicios a RD, y que si lo que han querido es descubrir mi filiación política, se han equivocado, porque yo sólo pertenezco al partido Melillense, excluyendo al «comunista» si lo hubiere, con lo que presto con lealtad, un servicio a mi ciudad y, por tanto, a España; y que si alguna «meiga» les ha inspirado su trabajo, que aunque crean en ellas, que desconfíen de su buena intención; y, por último, que si se trata de una pobre revancha, le participo muy amistosamente que su «sospecha no ha podido ofenderme», rogándoles que demos por zanjado definitivamente este pleito.

Procurador en Cortes por Melilla

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