El nuevo escándalo de la CIA
El Washington Post, que se había distinguido a propósito del Watergate, y había probado la eficacia del periodismo americano, lanza un nuevo escándalo revelando que la CIA ha entregado desde hace muchos años sumas considerables a muchos jefes de Estado, amigos de Estados Unidos. La personalidad más alcanzada es el rey Hussein de Jordania, cuyos desmentidos son poco convincentes, pero se encuentra igualmente, en la lista de beneficiarios supuestos de la Agencia de Información Americana, un hombre como Willy Brandt, antiguo canciller de Alemania Federal, cuya integridad moral y política no puede ser discutida.( ... ) Se trata de entregas efectuadas en los años cincuenta o a comienzo de los años sesenta, en pleno período de guerra fría, a dirigentes políticos que parecían a Washington baluartes contra el comunismo.( ... ) Las revelaciones del Washíngton Post no tendrían, pues, otro interés que el de iluminar ciertos puntos de la historia, si ellas, no hubiesen sido -como todo parece confirmarlo- el resultado de huidas más o menos organizadas por la nueva Administración americana.
( ... ) Es significativo igualmente que se sepa, de fuentes seguras, que Carter ha decidido suspender las entregas todavía efectuadas actualmente por la CIA.
( ... ) La política exterior de Carter manifiesta cada día más la voluntad moralizadora que la inspira. La defensa de los derechos del hombre, en la URSS, como en Chile, es una preocupación nueva que podrá convertirse en central de la diplomacia americana.
22 de febrero
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