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Sánchez Covisa y los demás detenidos, a disposición judicial

Mariano Sánchez Covisa, dirigente de los Guerrilleros de Cristo Rey, José Luis Clemente de Antonio, propietario en Madrid del restaurante El Apuntamento, donde trabajaron conocidos fascistas italianos, y las otras diez personas detenidas en relación con la planta de fabricación de armas descubierta por la Guardia Civil, fueron puestos ayer por la mañana a disposición del Juzgado Decano número 1 de los de Instrucción de Madrid. En medios jurídico se ha puesto de relieve la extraordinaria celeridad con que alguno de los detenidos ha pasado a manos del juez.

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Durante el día de ayer no se ha facilitado ninguna información oficial que ampliase la nota sobrelas detenciones y el local donde fabricaban armas. Interrogantes fundamentales, como el tiempo que pudiera llevar funcionando, la cantidad de armas producidas, su destino, los fondos que eventualmente pudiera obtener la organización, si es que vendía lo fabricado, y los medios para distribuir la mercancía, siguen sin esclarecerse.Unicamente, el señor Conesa, jefe superior de policía de Valencia, ha declarado a la prensa de esta ciudad que Sánchez Covisa fue trasladado en avión desde Barcelona a Madrid, el pasado lunes, y que estuvo hablando con él unos momentos, antes de que lo entregaran a la Guardia Civil, que lleva estas investigaciones.

Tampoco se ha ampliado la información sobre el depósito bancario «a nombre de un súbdito español» que, según la nota oficial facilitada por la Guardia Civil contenía tres lingotes de oro, de un kilo cada uno y que, de acuerdo con la misma nota, tendría relación con «otras actividades delictivas de los detenidos».

Sobre este extremo se ha recordado en algunos mediosque con ocasión del atraco en el banco Societé Generalé, de Niza, enjulio del año pasado, desaparecieron lingoles de oro. Más tarde se supo que en el llamado «robo del siglo» -unos 680 millones de pesetas- hubo conexiones políticas de matiz claramente fascista.

Despacho de Sánchez Covisa

El local destinado a la fabricación de armas se encuentra en el piso primero de la calle de Pelayo, de Madrid. Según informa a agencia Cifra, uno de los detenidos, Mariano Sánchez Covisa, tenía, desde hace tiempo, un local-despacho, en el mismo edificio, tres puertas más allá del anterior.

Este local-despacho, prácticamente abandonado, está en el primer piso, junto con otros dos estudios y una oficina del contable de la cooperativa-economato que se encuentra en el patio del inmueble.

El edificio -sigue informando Cifra-, pertenece a las religiosas Calatravas que, desde hace años tienen arrendados estos locales a un tal señor Moreno, que a su vez los subarrienda y extiende contratos. El mismo se entiende con un hombre encargado de cuidar dos perros, tipo lobo, de gran ferocidad que, por la noche, cuidan el recinto.

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