El "carnestoltes" catalán, con proyección política
Durante el pasado fin de semana, Cataluña recuperó públicamente una de las fiestas que con anterioridad a 1939 había gozado de auténtica raigambre popular, El «carnestoltes» (carnaval) se celebró masivamente en casi todos los pueblos y ciudades de Cataluña, si bien fue en estas últimas donde la fiesta trascendió masivamente a la calle. En este sentido, es de destacar la celebración de grandes fiestas en Barcelona, Vilanova y la Geltrú y Girona.
En Barcelona, el «carnestoltes» tuvo como marco el recinto arquitectónico de El Pueblo Español, situado en el centro del Parque de Montjuic. La organización de la tiesta corría a cargo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, y de la Assemblea de Treballadors del Espectacle. La afluencia de público fue notable desde primeras horas de la noche y se calcula que a ella acudieron algo más de 10.000 barceloneses. Por espacio de más de seis horas, los asistentes, la mayoría de los cuales iban. disfrazados, puedieron bailar al son de la Orquesta Marabú, Eliseo del Toro y Jorge Sepúlveda, entre otros. La fiesta conservó, en todo momento, un marcado carácter cívico, resaltando la asidua alusión al ex alcalde Joaquín Viola, cuya caricatura ocupaba las dianas de un improvisado «pim, pam, pum». Asimismo, los partidos políticos también estuvieron. presentes mediante la instalación de diversas mesas en las que se podía comprar todo tipo de publicaciones editadas por las mencionadas organizaciones. Como era de esperar, hubo gran profusión de banderas catalanas, ikurriñas, rojas, del Frente Polisario y negras anarquistas. En la localidad de Vilanova y la Geltrú (Barcelona) una de las ciudades con más tradición carnavalescá, el «carnestoltes» tuvo un carácter mucho más politizado. Entre los disfraces que podían verse en la fiesta celebrada en aquélla ciudad, hay que señalar los de «hombre pintada.» -con un muro incorporado de más de tres metros cuadrados en el que los asistentes podían pintar cualquier frase- grupos de elementos "GRAPOS» con signos externos de pertenecer a la extrema derecha,: grupos «incontrolados», milicianos republicanos y un sinfín de repetidos «Sandokari». En Girona, el «carnestoltes» fue organizado por la Assemblea Democrática d'Artistes de Girona, conjuntamente con las asociaciones de vecinos y el Centro de Turismo de aquella ciudad. Hubo pasacalles, bailes en la Rambla y una exposición conmemorativa de la fiesta, en la que había numerosas parejas de gigantes y grupos de cabezudos y otros elementos del arte popular, entrelos que ocupaba un lugar de honor una de las gallinas gigantescas que encabezaron el pasado verano una manifestación de apoyo a la Marxa de la Llibertat celebrada en L'Escala. A la entrada de la mencionda exposición, miembros de la Assemblea de Artistes repartían un folleto en él que se explicaban las razones de la prohibición del carnaval a partir de 1939. «La fiesta popular -decía el folleto- tiene siempre una dimensión antiautoritaria y, por tanto, revolucionaria. No es extraño, pues, que el fascismo, al tiempo que reprimía todas las manifestaciones. políticas del pueblo, ahogase también sus diversiones.
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