Dos hijos de Fernando Hierro están en Bilbao con sus tíos
Los dos hijos del presunto miembro del GRAPO Fernando Hierro Chomón, que según declaraciones del director general de Seguridad habían sido abandonados en Bilbao, se encuentran recogidos desde el sábado por la noche en el domicilio de sus tíos Agustín Mañoso y Esperanza Hierro, hermana esta última del activista fugado. El matrimonio vive en el barrio bilbaino de San Adrián, en la calle Monte Eretza, número 3, primer piso. En la tercera planta reside la abuela de los dos pequeños, María Victoria Chomón, viuda de Angel Hierro. El inmueble está ubicado en una zona de población obrera.
En la casa de la abuela nadie contestaba al timbre ayer por la tarde. En el primer piso nos atendió con corrección Agustín Mañoso, aunque eludió la mayoría de las preguntas, y en algunos momentos no podía ocultar el clima de nerviosismo que se respira en la casa desde la pasada semana. El señor Mañoso, funcionario de la Diputación vizcaína, dice que también los activistas políticos tienen familia y hay que tener en cuenta sus problemas.
La relación del matrimonio Mañoso-Hierro con su hermano no debía ser muy frecuente. «Efectivamente no teníamos mucho contacto; pero tenga la seguridad de que los pequeños estarán bien atendidos. En estos momentos estamos haciendo gestiones para que nos concedan su tutela. Aunque no tenemos demasiadas disponibilidades económicas, les trataremos como si fuesen nuestros hijos.»
El mayor de los niños se llama Jorge y tiene seis años de edad. No conocen con exactitud la edad del más pequeño, y hay algunas dudas acerca de su nombre. «Hemos visto publicado que se llama Jacinto, pero su nombre verdadero debe ser Javier. Creemos que tiene unos catorce meses. Cuando le recogimos estaba bastante enfermo de bronquitis, pero le ha atendido el médico, y ahora se encuentra bastante mejor.»
Al relatarnos la forma en que sus dos sobrinos llegaron hasta Bilbao, se muestra receloso e incurre en algunas contradicciones. En todo caso, parece claro que llegaron a la capital vizcaína el sábado pasado, cerca de las diez de la noche. Afirma primeramente que los condujeron en un coche, para añadir a continuación que la primera noticia acerca de sus sobrinos la tuvieron por una llamada telefónica efectuada por una mujer desde la estación de Renfe.
Se niega a especificar si la mujer que los trasladó a Bilbao desde Madrid dejó a los niños abandonados en la estación, los entregó a la policía o si esperó que fueran a recogerlos sus familiares. «No le puedo decir nada más, porque eso está dentro de sumario. No trate de ahondar, porque puede tener problemas.»
El señor Mañoso justificó su negativa a extenderse en detalles, por el perjuicio que este asunto pudiera causara los niños, especialmente al mayor, que con seis años, es ya capaz de advertir, al menos en parte, la situación por la que atraviesa su familia.
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