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Los empresarios podrían proponer una reducción de cuadrillas

Las negociaciones entre empresarios-matadores están actualmente en punto muerto, o a la sumo en una situación, pudiéramos decir sicológica, favorable a aquéllos. Ayer se reunieron en sesiones de mañana y tarde representantes de ambos sectores y no hubo conclusión práctica alguna, aunque, según nuestras noticias, la posición empresarial ganó terreno. Se habla de que ésta propondrá una reducción de las cuadrillas, lo cual podría ocasionar graves problemas.

Los empresarios fueron preparados, con datos económicos a la vista, si bien esos datos no pudieron ser aceptados ni rechazados por los matadores, pues no eran fácilmente comprobables. El argumento de los empresarios fue éste: El espectáculo taurino no da dinero suficiente para satisfacer las reivindicaciones económicas de los toreros, en sus dos ramas de matadores y subalternos. Una de las principales causas es el alto precio de los cánones de arrendamiento de los cosos; otra, los impuestos.A este respecto, se recuerda la decisión que había adoptado la Agrupación de Empresarios sobre la subasta de la plaza de Cuenca, cuyo pliego de condiciones consideran excesivo, en el sentido de recomendar que ningún miembro de la agrupación asistiese a la misma; recomendación que desoyó Emilio Miranda, el cual, según dijimos en estas mismas páginas, ya ha presentado su oferta en la que acepta todas las condiciones que imponía el Ayuntamiento de la ciudad, propietario de la plaza.

El caso de Cuenca tenía trascendencia, porque había de servir de precedente, y ahora ya es inoperante. No se ve, en consecuencia, solución a este tema de los arrendamientos, que son los propios empresarios quienes lo tienen que afrontar. Hay aquí un dinero marginal, «opinan los toreros», que efectivamente carece el espectáculo, en perjuicio de cuantos de él viven o pretenden vivir y del público.

La tónica de la reunión de ayer fue «sabemos de fuentes dignas de todo crédito» una evidente desigualdad en la exposición de las posturas en litigio. Los empresarios hablaban con autoridad. Los matadores, en términos generales, ni hablaban. Estos, salvo muy escasas excepciones, carecieron de toda agresividad, y levantada la sesión., la impresión era que habían sido vencidos, no tanto por los argumentos que aportó la parte empresaríal, como por el respeto que les impone la realidad que, al menos por el momento, es la que manda en la fiesta. A varios debió guiarles más su interés personal de no enfrentamiento, por lo que pudiera suponerles en un futuro próximo que los intereses colectivos cuya defensa les había sido encomendada. El próximo martes habrá una reunión de subalternos, matadores y empresarios, y puede ser más movida, pues ya está demostrado que quienes tienen unión y coherencia, y, por tanto, fuerza, son precisamente los subalternos. E incluso podría ser dura, en cierto sentido, si son auténticos los rumores de que la contraoferta de los empresarios a las reivindicaciones de éstos es acceder al salario mínimo solicitado, pero a condición de que la cuadrilla clásica de cinco miembros quede reducida a tres. Esta innovación, aparte de romper los moldes tradicionales, incluso las normas técnicas de la lidia, agudizaría el problema de desempleo entre los subalternos, que ya en estos momentos es grave.

La reunión de ayer fue presidida por Jaime Capmany, presidente del Sindicato del Espectáculo y asistieron los siguientes representantés: por parte de los matadores, Ruiz Miguel, Sánchez Bejarano, Tinín, Gregorio Lalanda, Curro Camacho, Vargas, Serranito, Domecq, Rafael Peralta, Paco Corpas, Martín Arranz, Gerardo Roa, Julián de Mata y Enrique Marcial. :Por parte de los empresarios, Fernando Jardón, Juan Martínez, Jesús Chopera, Barceló, Antonio Ordóñez, Victoriano Valencia, Felicísimo Tejedor, Balañá, Robledo, Cañitas, Molina, García Calleja, Humillano y Emilio Miranda.

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