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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Seguir escribiendo

Cuando los dinamitadores de la Historia hacen saltar los puentes de la cotidianidad, la primera tentación del escritor es dejar de escribir. No por disidencia, claro, sino porque la prosa diaria se nutre de continuidad y, rota. la continuidad de los días, parece que el trabajo de uno pierde sentido. Pero hay que ser como el pescador, que vuelve a remendar sus redes pacientemente, una y otra vez, después de la tormenta. Hay que seguir escribiendo.Me lo decía el editor Vergés la otra mañana:

-El negocio editorial requiere calma, paz. Así no se puede hacer riada.

Pues si editar-libros requiere paz, escribirlos requiere mucha más paz. Incluso para hacer un artículo de batalla hace falta que la batalla haya terminado. En el cinturón obrero de Madrid parece que ha habido pesquisas casa por casa, y en los barrios burgueses, a veces, la policía se ha informado por el portero o la portera. Joaquín Ruiz-Giménez, sobre -un cielo de nubes barrocas y tormentosas, se perfila como un señor del Greco que duda entre arcángel o líder de una democracia cristiana plena mente europea. Entre Tindemans y Aldo Moro, es ya como el ángel de la revolución moderada, y esos dos líderes, a sus costados, son las alas con las que quiere volar sobre la cúpula de San Pedro. Esperemos que los señoritos del tiro de pichón, del siniestro tiro de pichón que se practica estos días, no le confundan con la primera cigüeña de febrero.

Los ángeles ya no nos visitan, por miedo a las mariettas, y las cígüeñas tempranas no vienen al Retiro por asco de la contaminación madrileña. Madrid es ya una ciudad hosca, sin ángeles ni cigüeñas en su cielo de lámina:

-Y algunos líderes políticos, durmiendo fuera de casa, por lo que pueda tronar -dice el quiosquero. .

Un dibujante ha hecho la caricatura del viejo toro de España, negro toro de pena. con banderillas, que son las distintas banderas de las instancias unitarias. Pero hay quien ha decidido que el toro, como es indomable Y revienta caballos de Troya democrataorgánicos, hay que rematarlo de un tiro, como en esas corridas trágicas y raras que de tarde en tarde, terminan con un disparo seco entre dos luces.

Seguir escribiendo. Seguir escribiendo todo esto y lo que venga, pese al asco por la greña no precisamente jacobina. Creíamos que escribir. al fin, había dejado de ser un placer oculto después de tantos años de censura. Pero no. Se proyecta en privado Los placeres ocultos, de Eloy de la Iglesia, un filme sobre el amor oscuro, sobre la 'homosexualidad, un filme prohibido por la censura. Intelectual ha sido más o menos sinónimo de pederasta, durante muchos años, en España, no sé si con demérito para los pederastas o para los intelectuales. Ahora que sólo padecemos o disfrutamos una censura residual, empieza la censura a tiros, con lo que las viejas pandectas de Arias Salgado, e incluso de Arias Navarro, vuelven a parecernos pan bendito, hidromiel y paraíso perdido. Escribíamos cuando Fernández-Sordo quería ponernos un telex en la agencia para controlar en directo nuestro cerebro, y seguimos escribiendo ahora, en plena balasera. Lo nuestro es que no es normal.

Viene Nadiuska y me dice:

-Si hay huellas de oro en tu piel, es que alguien te ama.

-¿Y si hay huellas de plomo?

Porque la campaña sangrienta e internacionalista del plomo se está poniendo casi tan pesada como la campana esa del oro. Dice Aldo Moro:

-Nuestra contribución se puede resumir en dos palabras: estabilidad y progreso.

Pero mientras ellos nos estabilizan con palabras, otros nos desestabilizan con balas. Seguir escribiendo. Es lo único que le queda al escritor. Frente a- las mariettas del terrorismo trepidan las hispanoolivetti de las redacciones. Cada uno se explica a su manera.

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