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Dos ex ministros italianos serán procesados por corrupción

, El tribunal de veinte inquisidores parlamentarios, diez diputados y diez senadores, que, como un juez instructor de sumario, tenía que juzgar sobre el escándalo Lockheed, ha decidido. Los ex ministros de la Defensa, el socialdemócrata Mario Tanassi y el democristiano Luigi Gui, bajo la acusación de corrupción, serán juzgados por el Parlamento italiano, las dos Cámaras en sesión conjunta. Se ha librado de dicha acusación el ex primer ministro, el democristiano Mariano Rumor.

Gui ha obtenido once votos de condena y nueve a favor. Tanassi es acusado por dieciocho votos, contra dos a favor, mientras Rumor no se sentará en el banquillo de los acusados por once votos a favor, contra diez, precisamente el voto del presidente de la comisión de inquisidores o tribunal de los ministros, el senador bresciano democristiano Martinazzoli.

Tocará ahora pronunciarse al Parlamento y, en caso de condena, pasar el encausamiento al Tribunal Supremo.

Se cierra con esta decisión una encuesta que ha durado dos años, solamente interrumpidos por la disolución de la sexta legislatura y las elecciones del 20 de junio pasado. Dos comisiones han viajado a Estados Unidos, e interrogado a centenares de testigos, y las mejores lumbreras del foro italiano han tratado de defender a sus eminentes clientes.

Catorce Hércules C-130

El escándalo estalló cuando, en fébrero del año pasado, la subcomisión senatorial norteamericana presidida por Frank Church se ocupó de las multinacionales. La fábrica americana Lockheed habría logrado colocar en Italia catorce aviones militares de transporte Hércules C-130, untando a los intermediarios con mil millones de liras. Al principio había abierto la encuesta el juez romano de la magistratura ordinaria, Ilario Martella, hasta que el 30 de marzo de 1975 la pasó a la Cámara de Diputados. Muchas son las figuras secundarias que se han visto y se ven implicadas en este proceso, desde la simple secretaria Maria Fava y el ex secretario de Tanassi, Bruno Palmiotti, hasta el abogado testaferro, Antonio Lefbvre, que se refugió en seguida en el extranjero, y el financiero propietario de sociedades fantasma, el ingeniero Camilo Crociani, que también tomó las de villadiego, y el general Duilio Fanali ex jefe del Estado Mayor de la aeronáutica militar.Un escándalo trae otro, como las cerezas, y ya se habla de que todavía queda pendiente por aclarar cómo fueron comprados los aviones antisumergibles Atlantique a la fábrica francesa Breguet. Al parecer, fueron preferidos los Orion PS franceses a los americanos, a base también de sobrecitos cerrados. Pero, por ahora, es preciso ir paso a paso, o escándalo tras escándalo. Se pone de relieve, de todos modos, que el escándalo no se ha desarrollado en Italia con la misma rapidez que en Holanda, donde el príncipe Bernardo dimitió de inspector de las Fuerzas Armadas, o en el Japón, donde el ex primer ministro Tanaka se jugó su carrera política.

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