Los asesinos vaciaron sus cargadores sobre dos policías armados
A las 11.45 de la mañana de ayer, dos individuos, de edades comprendidas entre los veinticinco y los treinta años, penetraron en la sucursal número 50 de Correos, Telégrafos y Caja Postal de Ahorros de Madrid, situada en el número 13 de la calle Padre Piquer (Campamento). Inmediatamente se dirigieron a los dos policías armados de servicio, José María Martínez Morales y Fernando Sánchez Hernández y, sin mediar palabra, dispararon un tiro en la sien a cada uno. Ya en el suelo, les remataron, vaciándoles los cargadores en la cabeza.,
El señor Martínez Morales era policía en prácticas, y el señor Sánchez Hernández pertenecía a la segunda compañía de la XVII Bandera. Los dos agresores llevaban pistolas, con silenciador adaptado, y se dieron a la fuga en un renault 12 de color oscuro, una vez cometido el doble crimen.Según los primeros datos recogidos por las autoridades policiales, por medio de testigos presenciales, uno de los que disparó era alto, de complexión fuerte, tenía el cabello rubio y rizado, y vestía gabardina de color crema; el otro era moreno Otros dos individuos esperaban, al parecer, en el interior del coche, en el que todos se dieron a la fuga.
Algunos vecinos del barrio de Campamento han declarado a la policía que había sido observado en las inmediaciones de la entidad bancaria un automóvil sospechoso, marca seat 1430, de color amarillo.
Traslado al hospital
Los cuerpos de los dos policías fueron trasladados al hospital militar Gómez Ulla, en Carabanchel, donde ingresaron ya cadáveres. Según parece, el primero en avisar a la fuerza pública fue un policía de inspección y vigilancia de mercados; un coche del 091 trasladó a las víctimas al hospital. Fuentes competentes confirmaron que en el hospital militar Gómez Ulla no fue posible hacer nada por los dos policías, puesto que ingresaron cadáveres.
Al centro médico acudieron altos mandos de la Policía Armada y del Ministerio de la Gobernación, nada más enterarse de lo ocurrido. La primera personalidad que llegó al hospital, según informa Europa Press, fue el general inspector de la Policía Armada, general Timón de Lara, que abandonó el centro hacia las dos y cuarto. También se trasladó al hospital el juez de guardia, que corresponde al Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, para iniciar las diligencias oportunas.
Detalles sobre el atentado
Uno (le los principales testigos. en relación con este atentado es un funcionarlo de telégrafos, que a las doce menos cuarto de la mañana regresaba a su oficina, de donde había salido para tomar el desayuno.
Según declaró este testigo a un redactor de Cifra, él tropezó con los dos agresores en la puerta principal de la sucursal: ambos salían corriendo y él, sin sospechar lo que había sucedido en el interior del local, les cedió el paso. Inmediatamente después les perdió de vista y, al pasar a la sala del público, se encontró con las víctimas en el suelo.
Los empleados de la oficina, entretanto, se hallaban refugiados, desde el comienzo de los disparos, en las dependencias interiores, -parece que alguno intentó introducirse en la caja fuerte-, al igual que las ocho o diez personas que en aquel momento se encontraban allí resolviendo sus respectivos asuntos. Varios de ellos se arrojaron al suelo para cubrirse de los disparos.
Uno de los empleados de la Caja de Ahorros ha precisado que los dos agresores entraron por la puerta de la estafeta de Correos, se acercaron a pie hasta la puerta enque prestaban servicio de vigilancia los dos agentes y se retiraron de la misma forma. Los dos individuos se dirigieron a los almacenes Simago, -que por esta razón fueron registrados, posteriormente, por la policía-, aunque otras versiones indican que huyeron en un automóvil, como anteriormente quedó indicado. Tampoco está claro si llevaban o no silenciador acoplado a sus armas; algunos empleados lo afirman, mientras una empleada manifestó «que creía que alguien estaba arrojando petardos».
Los policías asesinados estaban de uniforme y situados en la sala de entrada a las oficinas, separados a uno y otro lado, junto a dos puertas, una que da acceso a la estafeta de Correos y otra a la Caja de Ahorros. Poco después del atentado, los primeros periodistas que llegaron al lugar del suceso pudieron apreciar una gran mancha de sangre, así como el impacto de una bala in crustada en el techo.
La policía rastreó toda la zona tan pronto como tuvo noticia de lo sucedido. En el lugar del suceso se recogieron del suelo ocho casqui llos de pistola. Durante las horas siguientes al suceso, prosiguió la búsqueda de la policía por diverso sectores del suroeste de Madrid, al parecer en persecución de un au tomóvil sospechoso, entre otras investigaciones.
Datos de los policías muertos
Fernando Sánchez Hernández tenía veinticuatro años, estaba ca sado, y había nacido en Santa María de Sando (Salamanca). Su padre es brigada retirado del Ejército. La esposa del fallecido Maite, está enferma del corazón y afectada asimismo por una dolencia de descalcificación de huesos; la hija de ambos se encuentra en la localidad de Don Benito (Badajoz), con los padres de ella. La suegra del policía muerto está grave y con una sonda. El señor Sánchez se incorporó a la Policía Armada hace cuatro años. Su madre está internada en el Hospital Oncológico de Madrid.
La agencia Logos amplía datos sobre este policía. informando que Fernando Sánchez Hernández después de haber suspendido los estudios de bachillerato, ingresó voluntario en el Ejército. Prestó servicios en el Regimiento de Ingenieros de Salamanca y realizó trabajos de sanitario en el hospital de la Santísima Trinidad.
Al ser licenciado, ingresó en el Cuerpo de la Policía Armada. Su primer destino fue en Barcelona; hace aproximadamente dos años había pedido el traslado a Madrid, por proximidad a su familia, que se encuentra delicada de salud, como anteriormente hemos mencionado.
Los padres de este policía residen en Salamanca, en la calle Covadonga, número 23, aunque la madre está actualmente internada en el Hospital Oncológico de Madrid y su situación es preocupante. La abuela materna de Fernando Sánchez reside en la avenida de Portugal, número 61, de Salamanca. El padre es militar retirado. Tiene otro hermano, ayudante técnico sanitario, en Madrid, y otra hermana reside en Bilbao.
Fernando Sánchez había conversado telefónicamente con sus familiares el día anterior, a los que les dijo que no tenían que estar preocupados por él. Todos los testimonios recogidos coinciden en afirmar que poseía un espléndido carácter, sumamente bondadoso y muy amante de su familia. Sus restos serán inhumados en Salamanca.
En cuanto al otro policía asesinado, José María Martínez Morales, tenía veintiún años y era natural de Fregenal de la Sierra (Badajoz). Estaba soltero. Su incorporación a la Policía Armada era muy reciente, y por esta razón se encontraba todavía en período de prácticas. El servicio que prestaba en la Caja de Ahorros donde encontró la muerte era de los primeros que realizaba.
Notas oficiales
La primera información oficial a los medios informativos sobre la muerte de los dos policías armados fue facilitada por un télex de la Dirección General de Correos y Telecomunicación. Posteriormente, la Jefatura Superior de Policía comunicó oficialmente lo sucedido. Asimismo, portavoces de la Dirección General de Seguridad y del Gobierno Civil de Madrid facilitaron distintas informaciones a lo largo del día, conforme iban conociéndose nuevos detalles sobre las circunstancias que rodearon este trágico suceso.
Una de estas informaciones afirma que la Dirección General de Seguridad recibió una notificación telegráfica en la mañana de ayer, con el siguiente texto: «Dos policías armados han sido asesinados por un comando en la calle Padre Piquer.»
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