Pedro González

Pedro González.Galería Fondo de Arte. Avenida de Pío XII, 6

Si en tiempos lejanos y no tan lejanos la idea de metamorfosis fue habitual recurso en la interpretación plástica del acontecer vital, no ha dejado, en los nuestros, de ejercer influjos y provocar felices resultados, lo que Koestler ha denominado importancia de la bisociación. Dos elementos únicos (cuantos menos, más justos y profundos), extraídos de su recíproco desarraigo, pueden aportar, reconciliados, una imagen nueva, mas concisa y significativa.

Toda la pintura. de Pedro González aparece refundida en el concepto y en la práctica de la bisociación. El aspecto estrictamente racionalizador (fácil de advertir en la pulcritud y ponderación con que nuestro hombre acierta a ocupar, distribuir y reconstruir el espacio) se hace perfectamente compatible con el transfondo instintivo (tampoco difícil de colegir de las esperpénticas figuras que en el bien organizado espacio nadan o revolotean o simplemente nos miran).

Que la bisociación pueda referirse a los más insospechados extremos no es óbice para que una adecuada conciliación entre apariencia figurativa y sugerencia abstracta proporcione los frutos más granados. Las imágenes factuales (de acuerdo con la terminología de Oyvind Fahlström) de carácter erótico o político, bisociados, por ejemplo; en un cuadro lúdico, urdido con elementos abstractos, provocarían, en vez de excluir actitudes y experiencias de auténtica meditación.

La pintura de Pedro González sabe bisociar, conforme a lo dicho, el elemento figurativo.