Zarzuela: reposición de "El caserío"

Vuelve el teatro de la Zarzuela por sus fueros y con un título de garantía: El Caserío, de Romero. Fernández Shaw y Jesús Guridi. No es cosa de renovar la crítica de una obra «clásica» del género en su parcela típica y tópicamente regional. Al margen de la calidad intrínseca del libreto. es el mismo estilo a que pertenece lo que ha pasado. Incluso mirada con cierta ironía. la anécdota de El Caserío y su desarrollo se convierten en un ilustración antañona de una cierta época que bien poco tiene que ver con la nuestra. Conserva su calidad. plena de efusión, con la fuerza de ritmos y temas populares vascos, la partitura de Jesús Guridi. clara de instrumentación, excelente de factura y. por supuesto, pegada a las fechas de su nacimiento.La versión ahora presentada reúne dos características: fidelidad a las maneras del enero, observada por Carpio en su montaje y plena dignidad interpretativa en la voces y la orquesta. Josefina Meneses cantó con eficaz lirismo y delicadeza la parte de «Ana Mari», Pedro Farrés, como actor y can tarite, dio nobleza al «viejo» Santi al que Guridi encomendó la célebre romanza de Sasibil y el tenor Fablán Hormaeche creó su personaje con ímpetu, buena dicción y emotivos acentos. Brillantes las intervenciones del «ballet» de Lorca, la de los coros de Perera y eficaz. en todo momento. el trabajo del director musical. Moreno Buendía al frente de la representación toda y, de modo especial, de una orquesta de cuarenta y tantos profesores. bien afinada y cohesioriada. En suma: zarzuela bien hecha con la que los amantes del género pódrán renovar sus fruiciones favoritas, propias de un género, veces popular, a veces engallado y. en ocasiones. mixtura de las dos cosas. tal es el caso de El Caserío.