Favorable acogida politica en Italia al nuevo embajador norteamericano
El nombramiento de Richard Gardner como embajador norteamericano en Italia ha sido acogido con satisfacción por la prensa y los ambientes políticos italianos.Los candidatos eran Peter Rodino, como representante de la comunidad italiana en Estados Unidos, y Bárbara Blum, que tanto apoyo dio a Carter en la campaña electoral.
La prensa italiana no olvida en primer lugar, al hacer la biografía de Gardner, que está casado con Daniela Luzzatto, una hija del profesor veneciano Bruno Luzzittto, emigrado a América en 1939 y más tarde nacionalizado a causa de las leyes racistas contra los hebréos. Gardner, que es profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Columbia, en Nueva York, conoce además profesionalmente Italia. En 1967 y 1968 vivió en Roma, ha dado cursos y conferencias en universidades y fundaciones, y ha colaborado en la prensa italiana. Se dice, sobre todo, que es amigo personal del presidente de la Fiat. Gianni Aumelli. Como Brezinski y el mismo Carter, integra la llamada Comisión Trilateral que se reúne periódicamente para tomarle el pulso a la situación internacional. A finales de octubre pasado, habría estado en Roma cenando con Agnelli y Sergio Segre, responsable de la política exterior del Partido Comunista.Por el momento, Gardner asegurará a Italia un hilo directo con la Casa Blanca, en un momento en que el país lo necesita. Es precisamente el problema de una posible participación de los comunistas en el Gobierno lo que preocupa mucho a los Políticos. Corno politólogo Gardner podrá tener las ideas más claras que su predecesor,
John Volpe, más empresario de la construcción que político, quien a los 68 años se retira a la vida privada con una carta de renuncia que acaba de enviar a Ford. Con una entrevista al semanario Epoca, del 10 de septiembre de 1975. Volpe levantó una tempestad política por su declaración de que la participación de los comunistas en el Gobierno, y su conquista del poder en un país de la OTA N determinaría una contradicción de fondo y podría amenazar seriamente el proceso mismo de distensión.
En este aspecto no se esperan grandes novedades de fondo con Gardner, de quien se recuerdan unas declaraciones en febrero pasado, durante una reunión de la organización americana Freedom House, en que pidió a Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN dedicar mayor atención al área del mediterráneo y adoptar iniciativas de carácter económico y político para potenciar las fuerzas democráticas en Italia, Portugal y España.
En resumen, de un intelectual democrático de 49 años como Gardner, en lugar de un republicano y hombre de negocios como Volpe, que se marcha de Italia con el apodo de Jhon golpe, que le puso la izquierda, se espera por lo menos una mayor sensibilidad y realismo ante los viejos y nuevos problemas de Italia.
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