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Reportaje:

Donde hay un tebeo no habrá necesariamente un libro

El relanzamiento publicitario por parte del Ministerio de Información y Turismo del «slogan» Donde hay un tebeo habrá un libro, que se ha promocionado últimamente con profusión, ha suscitado una vez más la polémica en torno a la capacidad de penetración de la historieta como medio comunicativo, como portadora de un mensaje sometido a un tratamiento especial -dado que se dirige a una audiencia infantil y juvenil- y, en definitiva, como vehículo de colonización cultural.

Uno de los sectores no oficiales con más autoridad en el tema, precisamente por estar integrado por profesionales de la historieta, ha criticado duramente esta campaña por considerar inadecuados sus planteamientos y nocivos sus resultados. Se trata del club Dhin (Dibujantes de la Historieta y la Ilustración Nacionales), asociación que agrupa a dibujantes, guionistas, rotulistas y aficionados, en torno al medio de expresión y comunicación con soporte en la historieta o el comic.La agrupación de profesionales citada considera que la historieta es un medio de expresión y comunicación tan válido como otro cualquiera, pero estiman que está totalmente injustificado hacerla entrar en escalas comparativas de valores (comic = iniciación al libro: comic = menos que libro), construidas precisamente por quienes ellos consideran los menos aptos -funcionarios y no especialistas- para establecerla. Denuncian también la manipulación que estos mismos medios oficiales han hecho del medio, que denigran ahora, pero que han sabido aprovechar muy bien para sus propios fines durante los últimos años.

Lamentan los profesionales del comic que la historieta, salvo escasísimas ocasiones, no ha sido representada como debiera en las publicaciones editadas en España, pero tampoco se puede afirmar, en su opinión, que todos los libros que se editan son joyas literarias, por lo que en consecuencia no pueden admitir que la literatura tenga primacía en una jerarquía de valores sobre la historieta, relegando ésta a recurso temporal para lectores vagos y torpes mentales o, en el mejor de los casos, como útil de aprendizaje para niños, lectores en potencia de libros.

El club Dhin ha protestado, en palabra impresa y en dibujo, contra lo que ellos consideran una falacia y un desatino, porque «donde hay un tebeo malo debería haber un tebeo mejor, y donde hay un libro malo debería haber un libro mejor» y achacan bastantes. de los males que sufre el comic español a la censura especial que sobre él se ejerce.

Este centro de investigación del comic -así se autocalifica el club Dhin- que funciona en Barcelona, Madrid, Valencia y Alicante con el fin de difundir la cultura a través del comie, ad mismo. tiempo que sirve para proteger los intereses de sus afiliados frente a las editoriales, proporciona trabajo con editoriales extranjeras y se ocupa de la asesoría jurídica, así como de otros trabajos de divulgación cultural.

Colonización

Con anterioridad, la agrupación ha denunciado que el público español viene sufriendo a través de la historieta o el comic. Colonización que se ve reflejada, entre otras causas, por la masiva importación que las editoriales españolas vienen efectuando del material. extranjero, material que en modo alguno refleja las necesidades, preocupaciones o aspiraciones del público autóctono.Esta era la primera vez que en nuestro país se lanzaba una crítica tan directa sobre el sector concreto de la historieta por parte de un grupo tan nutrido de profesionales, estudiosos y críticos. Entre los que suscribían la critica se encontraban Cuixart, Román Gubern, Esteban Maroto, Jaume Perich, Máximo y Nuria Pompeia.

Frente a las manipulaciones tanto de contenido como de forma, que guardan también relación con problemas económicos y de distribución, los profesionales solicitan el reconocimiento por parte de todos de que la profesión, y por tanto el soporte -historieta- que emplean para tansmitir sus conocimientos, es un medio de expresión vehiculadora de mensajes tanto a nivel ético como estético.

Como medidas concretas para liberar a los comics de su carga manipuladora por parte oficial, este sector de profesionales pide que se reconozca la libertad de expresión, lo que llevaría implícita la desaparición de la ley de Prensa, que contempla especiamente los contenidos de las publicaciones infantiles y juveniles. En este sentido piden también que sean únicamente los tribunales ordinarios los competentes para dictar cualquier tipo de sanción.

El Ministerio de Información y Turismo actúa en el mundo de la historieta o el comics a través de su comisión de Información y, Publicaciones Infantiles y Juveniles, integrada en el Consejo Nacional de Prensa. La comisión funciona desde 1963 como elemento asesor especial en todo lo relativo a la orientación y conocimiento general de cuanto pueda, afectar a través de los medios informativos de difusión, a la formación de la infancia y de la juventud. Se ocupa tarmbién de estudiar y proponer las medidas y disposiciones que en este orden estime necesarias.

Siete millones de ejemplares

En el último trimestre de 1974 existían en España 76 revistas infantiles y juveniles, de las que veinte eran semanales, diecinueve quincenales, veintiocho mensuales, tres trimestrales y seis de distinta periodicidad. con una tirada conjunta de. aproximadamente. 7.030.000 ejemplares mensuales. Lógicamente, el número de revistas infantiles y juveniles se ha incrementado de entonces a este tiempo, aumentando también la audiencia, que siempre fue superior a la cifra total de ejemplares, lo cual ha de tener en cuenta respecto a los Fines de promoción. orientación. información y problemática de la prensa especializada y de la propia infancia y juventud.Los procesos materiales de la industrialización de este medio de comunicación también tienen su importancia, ya que condidiciona a veces de una manera determinante los resultados del mismo. Concretamente, el hecho de que el material extranjero que llega a España es distribuido, para empezar, por agencias internacionales, que, para conseguir un gran numero de ventas, ofrecen el material a precios bajísimos. Por consiguiente, y entre otras consecuencias, las oportunidades de los profesionales españoles se ven considerablemente mermadas hasta el punto de que de un total de ochenta revistas españolas, concretamente de historietas, veinticuatro publican material español específicamente producido para ellas, y aun así, en una proporción del 40% del total de la revista, dejando el resto o bien para material extranjero o bien para material español antiguo.

Una paradoja curiosa en este tema es que gran parte del material extranjero importado en España está producido por profesionales españoles sin que ellos hayan dado su consentimiento para la distribución en España ni cobren nada por ello. Y, lo que es peor, dicho material español específicamente las frecuentemente manipulado y en ocasiones incluso fraccionado en diferentes historietas, con los consiguientes perjuicios, sobre todo, para los profesionales, pero también para los destinatarios o receptores de los contenidos de los comics.

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