Lista de regalos
El capitalismo navideño nos estimula a entrecruzarnos regalos en estas fechas en que hasta los pastores de Belén tienen cara de Grapo.He estado mirando a ver qué le podía regalar yo a la gente para quedar bien, ya que la gente es buena y me escribe durante todo el año cariñosas cartas que casi nunca contesto por falta de tiempo. Yo soy muy descuidado Para estas cosas, pero Nadiuska no me pasa una
-Si no cuidas tus gelaciones públicas, nunca llegarás a seg nada.
No sé a dónde quiere esta mujer que llegue yo. ¿A la Academia? Ayer me lo decía Buero:
-La Academia es pobre y necesita gente que trabaje y haga fichas y papeletas.
Conmigo que no cuenten. No he sabido hacer una ficha en mi vida. Prefiero escribir trescientos artículos a hacer una ficha. (De todos modos, los escribo.)
Bueno, pues vamos con la lista de regalos, tal como me ha salido. A Nadiuska, que para eso es la de la iniciativa, le voy a regalar una erre para que la ponga siempre en su sitio, porque ella no tiene y por eso utiliza la ge. Esta mujer sí que no irá nunca a la Academia, aunque mejores piernas que doña María Moliner sí que tiene.
A Pitita, que siempre anda con la parapsicología, he pensado enviarle el último libro de Cruz Martínez-Esteruelas, donde cuenta que se paseaba él con un camarada ideológico por la noche de Estocolmo y estuvieron meditando sobre la profunda corrupción de la civilización occidental. Ya está, La decadencia de Occidente, de Fernández de la Mora, que Spengler le plagió con el título de El crepúsculo de las ideologías. Don Cruz se sabe a sus clásicos. ¿Decadencia en Estocolmo, la ciudad más aséptica y confortable de Europa? Pura parapsicología, Pitita.
Al quiosquero le voy a regalar un número de Mundo Obrero en cuatricomía con desplegable central de Iríbar, el guardameta, que ha hecho unas declaraciones muy progres en Bilbao. A ver si lo vende en su quiosco.
Para el parado he pensado en una bufanda con los colores republicanos o un callejero de Madrid, para que aprenda dónde está General Pardiñas y vaya allí a cobrar el subsidio, que él se obstina en seguir yendo a Cristino Martos, por fidelidad ideológica, y en Cristino Martos parece que ya no pagan nada.
-Es igual -me dice- Para la miseria que dan, prefiero ir a Cristino Martos, que queda más simbólico y el viaje del Metro es más bonito.
A don Santiago Carrillo le había apuntado yo una peluca de travestí del Gay Club, de las que usa Paco y España, porque con la peluca democrática que usaba hasta ahora, ya le habla dicho yo que le iban a reconocer en cualquier momento.
Para Fraga había reservado algunas condecoraciones isleñas, periféricas y melillenses, pero me dicen que le ha tocado el gordo de la lotería en Lugo, o sea que lo dejo. Al Gobierno le envío unas resmas de papel de envolver para que hagan otro paquete de medidas económicas, que el anterior les salió muy mal.
-¿Y a monseñor Tarancón?- me dice Nadiuska.
(¿Por qué se habrá acordado esta mujer de monseñor Tarancón?) A Tarancón yo creo que le vamos a enviar un nacimiento completo, no sea que, como es rojo, se le haya olvidado que estamos en Navidades.
-¿Y a Ruiz-Gallardón?
(Esta Nadiuska está en lodo.) A Ruiz-Gallardón le vamos a enviar una hidra marxista para que la amaestre como si fuera un hamster, la saque a pasear por Serrano y se la coma un día con el conde de los Andes, que dicen que el conde guisa muy bien la hidra a la vasca.
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