María Jiménez busca "una corriente de aire fresco"
Quien haya oído cantar temas de folklore latinoamericano con ritmo de bulería o de rumba, es que ha oído cantar a María Jiménez, fenómeno sorpresa del cante que, según el maestro Mairena, «canta por bulerías mejor que una gitana»
«Una corriente de aire fresco en el flamenco puro.» Así se refirió la propia María a su canción, cuando, aprovechando una visita suya a Madrid, hablábamos de, su modo y manera de entender, sentir y expresar el flamenco.La aparición de su primer disco, editado este verano pasado dio a conocer la canción de María Jiménez a un amplio círculo de expertos y aficionados y provocó el desconcierto de ciertos críticos. Se habló entonces de la contradicción que suponia la coexistencia en el álbum de temas tan representativos de un determinado compromiso político y social, como puedan ser los de Amancio Prada, Violeta Parra, Silvia Rodríguez o Venedetti, con rancheras simples y triviales.
EL PAIS: María, ¿cuál es el sentido de esta aparente contradicción?
M. J.: Bueno, yo no tengo nada que ver con la política ni con la canción progre. Me gustan las canciones que narran historia de amores insensatos, irracionales y violentos. Tanto las canciones del disco, como en general todas las de mi repertorio, son fundamentalmente canciones de amor.
Adaptación de ritmos: una atrevida experiencia
La adaptación del folklore sudamericano a un genuino lenguaje musical flamenco es lo que hace de María Jiménez un caso singular. pues su atrevida experiencia está muy lejos de las flamenquizaciones nefastas que tanto proliferan, y puede considerarse una valiosa aportación al flamenco.EL PAIS: ¿Cómo surgió la idea de traducir al «flamenco» la canción popular sudamericana?
M. J.: Es algo que he hecho desde siempre; cuando encuentro una canción con la que me identifico la adapto a mi manera de cantar. Además, cualquier ritmo se puede adaptar al flamenco, con excepción de las «soleares», que podríamos decir es lo más flamenco del flamenco.
Datos de identidad
María Jiménez es su nombre auténtico. Sevillana del barrio de Triana. A los once años deja el colegio para ponerse a trabajar. Poco después marcha a Barcelona para emplearse allí como empleada doméstica. Curiosamente el camino de la emigración interior va a ser para María el que va a llevarla al flamenco.«Yo no viví de pequeña el mundo del flamenco. Tampoco he tenido maestros o escuela. Canto por inspiración. Nunca ensayo y con frecuencia improviso en el escenario. Me he dado cuenta que el público, entonces, lo nota y siempre reacciona bien.»
Con respecto a su carrera profesional, dice María: «Ha sido de tipo clásico, con bastante lucha y dificultades. Una vez en Barcelona entré a trabajar en un tablao, hace de esto diez años. De Barcelona a Sevilla, luego a Madrid, donde trabajé en otro tablao que se llamaba El Duende. A los quince años regreso a Sevilla, allí se me empieza entonces a conocer. Vuelta a Madrid. un viaje a Caracas y. por fin, dos años en Las Brujas. Hace tres que me independicé para empezar a hacer galas sola. Estos últimos meses he trabajado en Andalucía y creo que pronto empezaré una gira por el norte de España. A la gente de allí le gusta bastante el flamenco.»
Babelia
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