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Incendio en una residencia sanitaria de Gijón

Unos cincuenta enfermos, entre ellos dos parturientas y varios pacientes con tratamiento de suero y oxígeno, tuvieron que ser trasladados urgentemente de edificio a las tres de la madrugada de ayer al declararse un incendio en los sótanos de la vieja Residencia Sanitaria José Gómez Sabugo, de Gijón.El fuego se produjo en la sala de calderas al romperse uno de los quemadores de fuel-oil. A pesar de la rápida intervención del personal, éste no pudo dominar las llamas al no funcionar más que dos de los siete extintores utilizados. Finalmente, gracias a la actuación de los bomberos, se logró apagar el fuego, que afortunadamente no llegó a propagarse al resto del edificio.

En los primeros momentos, y para evitar cualquier peligro -ya había humo en los pasillos-, se decidió el traslado de los enfermos, operación en la que se invirtió más de una hora. Las salas de reanimación, prematuros, nidos y maternidad -dos mujeres estaban de parto- fueron desalojadas, y los pacientes trasladados a pie o en camilla al nuevo edificio que aún no está listo para su pleno funcionamiento como lo demuestra el hecho de que sólo presta servicio un quirófano habilitado ayer urgentemente.

Se da la circunstancia de que los técnicos de calefacción ya habían advertido varias veces del mal estado de las calderas que cualquier día podrían causar un disgusto. Precisamente hace unas dos semanas, y a consecuencia de una rotura de las tuberías, la residencia quedó sin calefacción varios días, hecho que, entre otras molestias, ocasionó el que los recién nacidos pasaran a los nidos sin lavar, al no haber agua caliente.

Las quejas por la situación lamentable en la que se encuentra el viejo edificio de la residencia sanitaria, así como la necesidad de que entren en pleno funcionamiento las nuevas instalaciones, fueron hechas hace tres meses por las asociaciones de vecinos de Gijón, sin que hasta la fecha pueda hablarse de total habilitación de las mismas, ya que algunas secciones, como partos, prematuros y cuidados intensivos, siguen sin estar preparadas para desarrollar su función.

En la vieja residencia, y según se denunció en su día en un informe, más de la cuarta parte de los pacientes carecían de armario, ropero, mesilla de noche y timbre de llamada: sólo había un cuarto de baño en el que se almacenaban aspiradores y ropa sucia; no existía servicio de autopsias, y en un pequeño cuarto de pediatría se realizaban funciones de curas, inyecciones, lavado de niños, preparación de biberones, se amontonaba ropa sucia y limpia, estaba el cubo de la basura, una nevera, los servicios del personal, el office y el almacén de medicamentos y comidas.

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