Martín Villa: "El Gobierno no puede aceptar el chantaje o la coacción"

A las diez y cincuenta y siete minutos de la noche de ayer (tres minutos antes de que expirara el último plazo dado por los secuestradores de los GRAPO para la concesión de una amnistía total de presos políticos a cambio de la vida del señor Oriol) el ministro de la Gobernación se dirigió al país a través de Radiotelevisión Española. Fue interrumpido el programa televisivo «Un, dos, tres, responda otra vez» para la intervención ministerial que fue repetida íntegramente después en el último telediario. El parlamento del señor Martín Villa duró cuatro minutos. Apareció ante las cámaras de televisión con voz tranquila y con el tic de colocarse continuamente las gafas. El texto íntegro de las palabras de Martín Villa es el siguiente:«Buenas noches:

En relación con el secuestro de don Antonio María de Oriol y Urquijo, presidente del Consejo de Estado, del que se ha difundido amplia información en los últimos días. Como ministro de la Gobernación quiero dar cuenta, de manera clara y definitiva, de los siguientes criterios:

Primero: de producirse el asesinato de don Antonio María de Oriol, tal y como parece deducirse de los citados comunicados, no existirían más responsables que aquellos que lo realicen y los que con sus acciones participen en el grado de complicidad que determinen las leyes.

Segundo: el asesinato del señor Oriol, de producirse, recaería únicamente sobre sus asesinos, que lógicamente serán perseguidos por imperativos de la justicia y no de la venganza.

Tercero: el Gobierno no puede aceptar el chantaje o la coacción de ningún grupo de extremistas con amenazas de muerte a españoles secuestrados. En este supuesto, el Gobierno habría hecho dejación de la responsabilidad que tiene ante el pueblo español y habría quedado la autoridad en manos de los extremistas más exaltados.

Cuarto: el Gobierno ha utilizado todos los medios a su alcance, incluso numerosos contactos internacionales, en función de los antecedentes que existen de los GRAPO, para encontrar una solución digna y humanitaria del secuestro del señor Oriol, sin que haya podido obtener la más mínima garantía del respeto a la vida del mismo, dado que en ningún momento ha encontrado interlocutores auténticos.

Quinto: el Gobierno, por tanto, reitera que, de cometerse algún acto de violencia en la persona del señor Oriol, son únicamente responsables sus secuestradores, cualquiera que sea la intención que les haya guiado para hacer tal secuestro.

Sexto: ha sido y es propósito de este Gobierno llegar a un uso generoso de la clemencia que haga posible restañar viejas y profundas heridas, pero abdicaría el Gobierno de su condición de tal si se dejara arrastrar por cualquier grupo que pretendiera poner su fuerza por encima de la ley.»