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Entrevista:Entrevista con Manuel Castells / y 2

"La nueva política urbana tiene que contar con las asociaciones de vecinos"

EL PAIS: Otro gran problema derivado del automóvil son los aparcamientos. Los aparcamientos subterráneos suponen un fuerte desembolso para el usuario. ¿Qué solución daría a este. problema?M. Castelis: La política de aparcamientos subterráneos que se está llevando en Madrid es otro ejemplo de cómo se crea un problema y, por otro lado, en la solución de ese problema se vuelve a utilizar como criterio la rentabilidad privada para obtener ganancia. Ahora mismo hay necesidad de utilizar masivamente el automóvil, lo que crea problemas de a ascos y necesidad de aparcar rápidamente. Como no hay lugar donde aparcar, se rentabiliza esta necesidad en términos de ganancia capitalista produciendo aparcamientos subterráneos. Se especula con las necesidades creadas por el propio sistema.

EL PAIS: ¿Cree usted que los impuestos que los automovilistas tienen que pagar tienen razón de existir? ¿Cómo los justifica?

M. Castells: Volvemos a lo mismo, porque, por un lado, se convence al ciudadano de que el coche es un elemento indispensable, y después no sólo se sube el precio del automóvil, de la gasolina, etcétera, sino que además se utiliza al automóvil como fuerza de recursos para el Estado, recursos que se utilizan de forma que nada tienen que ver con una política urbana coherente. El intentar disuadir del automóvil elevando impuestos es pensar que el automóvil es un instrumento de lujo,cuando está demostrado que en la mayoría de los casos se ha convertido en un elemento indispensable de trabajo.

EL PAIS: ¿Cuál debiera ser el papel de la Administración de cara a solucionar estos problemas, considerando como válidas las soluciones técnicas ya apuntadas?

M. Castells: En las sociedades capitalistas desarrolladas el papel del Estado debe ir en contra de la lógica dominante y proporcione ciertos paliativos a la crisis, por ejemplo. no invertir más en autopistas urbanas Y cinturones de ronda e invertir en transportes colectivos. Esta política exige que el Estado sea capaz de responder a otros intereses que los puramente capitalistas. La única posibilidad es que sea un Estado democrático en que se puedan hacer efectivas las presiones populares de los distintos grupos que integran la sociedad.

Contaminación

EL PAIS: Madrid presenta actualmente un alto grado de contaminación. La solución municipal va a, ser cerrar a la circulación el centro de Madrid. ¿Piensa que esta medida es válida o habría otro tipo de soluciones más eficaces y menos molestas para los usuarios del automóvil?

M. Castells: La solución a este problema consistiría en una reducción significativa de la circulación de automóviles, dando prioridad a la utilización de los transportes colectivos que funcionen a base de energía eléctrica: en segundo lugar habría que controlar los sistemas de producción de las grandes empresas y obligarlas a que monten sistemas de control de humos, y en tercer lugar, sistemas de calefacción central donde se controlen las emanaciones de gases tóxicos.

En cuanto a cerrar el centro de Madrid para evitar que aumente la contaminación, pienso que es una medida que exige previamente la posibilidad material de llegar al centro de otra manera que el automóvil, porque esa medida adoptada ahora puede suponer que el problema de la congestión de tráfico se vea considerablemente aumentado. Antes de castigar a los automovilistas hay que desarrollar los medios de transporte colectivos.

La política de transportes tiene que ser positiva, no de disuasión. Hay una serie de países donde no ha, sido necesaria una política de disuasión. por ejemplo en Polonia. Inglaterra o los países escandinavos la disuasión no ha sido necesaria por haber otros medios de transporte mucho más ventajosos que el automóvil. Mientras que estas condiciones no se den en España. las consecuencias de la ineficiencia administrativa tendrán que sufrirlas los ciudadanos.

EL PAIS: La política que se está siguiendo en cuanto a conservación de zonas v monumentos artísticos parece ser que está encaminada a realizar unas listas de monumentos que se van a respetar. sin importar para nada su entorno. ¿No cree usted que sería más conveniente respetar todo el casco antiguo de Madrid v otras zonas histórico-artísticas, de cara a conservar la personalidad de la ciudad?

M. Castells: Efectivamente en lugar de conservar lo que constituye el carácter de la ciudad se conservan objetos aislados de consumo cultural. tanto para los turistas como para las nuevas élites que se van a implantar en esas viviendas que surgen junto a e tos edificios nacidos tras la demolición de zonas antiguas y que son producto de la especulación.

La conservación real de la ciuadad antigua, además de conservar las casas, es respetar el ambiente del barrio, a la gente que vive allí, el estilo popular de vida. Lo contrario no es conservar la ciudad, sino utilizar con fines especulativos los recursos culturales para el consumo exclusivo e quienes cuentan con los medios económicos para hacerlo.

EL PAIS: En cuanto al equipamiento de Madrid, estamos asistiendo a un proceso en el que, por un lado, los colegios, dispensarios, etcétera, están siendo demolidos, y, por otro lado, estos centros de equipamiento no se ven reproducidos en la periferia. ¿Hacia dónde pueden ir encaminadas estas medidas?

M. Castells: El centro de la ciudad, pese a esas medidas, está mejor equipado que las barriadas, y se convierte en ocasión de especulación en la medida en que el espacio en que se ha construido y el tipo de población y actividades instaladas en este centro ya no corresponden al precio del suelo alcanzado por dicho centro. Concretamente, es el caso de capas populares que viven en el centro y que están ahí porque sus familias ocuparon esas viviendas hace muchos años. Entonces resulta que por su nivel de ingresos no correspondería. en términos pura y exclusivamente de mercado a la ocupación de un espacio codiciado por su situación respecto a los lugares de trabajo, esparcimiento u otro tipo de equipamiento.

El desposeer de equipamiento el centro de Madrid está encaminado a transformar lo que hasta ahora ha sido el centro. Aquí se están aplicando criterios públicos para favorecer el desarrollo de los intereses privados: con el pretexto de salubridad pública, de renovación de zonas deterioradas, se cambia el uso del suelo. puesto que pasar de actividades residenciales a actividades de oficinas, siempre mucho más rentables para el capital privado, y expulsar a los estratos populares que aún quedan en el centro para sustituirlos por capas con una capacidad adquisitiva mayor. En este sentido, se está transformando una gran parte del centro vivo y popular en sedes de oficinas de las grandes empresas, y por otro lado los antiguos barrios populares llenos de vida, que eran una especie de zona residencial para las capas privilegiadas.

Todo esto es la demostración más clara de que lo que importa en el desarrollo de una ciudad no es tanto su organización espacial, sino cuáles son los intereses sociales dominantes, porque cuando hay una contradicción entre los intereses sociales que dominan y el tipo de espacio que existe, el Estado interviene para cambiar ese tipo de espacio en función de los intereses sociales dominantes. Se borra el espacio anterior y se crea uno nuevo. Esta tendencia, que en Madrid se está acentuando cada vez más, puede llevár a una ciudad absoluta mente polarizada entre un centro burgués bien equipado, con oficinas de grandes empresas y una periferia subequipada de traba jadores y empleados que, Por un lado, tengan que hacer enormes desplazamientos para ir al centro y, además consentir en ver como el centro popular que ellos cono cen lo suplantan esas nuevas capas con poder adquisitivo fuerte.

Papel de las asociaciones de vecinos

EL PAIS: ¿En qué medida pueden contribuir las entidades ciudadanas a la superación de esta crisis urbana?

M. Castells: La base de toda nueva política urbana tiene que contar forzosamente con las entidades ciudadanas. Se trata de ver cuál es la posibilidad de cambiar de política urbana. Sólo a través de la expresión de nuevos intereses sociales que se expresan de dos maneras, por un lado a través de los ayuntamientos democráticos que va a elaborar la nueva política urbana y por otro. mediante la expresión de los intereses de los vecinos asociados libremente en sus asociaciones y en la Federación. Sólo a través de estas entidades, en las que los vecinos expresan sus necesidades, existe la posibilidad de elaborar una nueva política urbana en el seno de dichos ayuntamientos democráticos.

También considero muy importante la existencia de entidades como Deincisa, donde se intenta articular las condiciones de la crisis urbana en Madrid con las necesidades y demandas de las asociaciones de vecinos. Iniciativas de este tipo pueden crear las bases de una alternativa política, municipal y urbana que pueda representar un cambio sustancial en las condiciones de vida de una ciudad como Madrid. que cada vez es más insoportable.

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