Carmen López Sacristán,
principal implicada en el escándalo barcelonés de las call-girls de lujo, sigue recluida en la cárcel de mujeres de la Ciudad Condal, donde cumple un año de prisión que le fue impuesto al haber rechazado el Tribunal Supremo la apelación. Carmen López mantenía en un piso de Barcelona, una especie de cena-espectáculo -con señoritas de postre- a razón de 40.000 pesetas por barba, lo que suponía unos beneficios anuales, próximos al centenar de millones.
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