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Probable permanencia española en los bancos pesqueros comunitarios

El Gobierno español solicitará a la CEE la posibilidad de que los pescadores españoles puedan seguir capturando ciertas especies de pescado en el interior de la zona comunitaria de pesca que se extenderá a doscientas millas a partir del 1 de enero de 1977.A las 11.30 del viernes, comunitarios y españoles bajo la dirección de Raymond Simonet, director general de pesca de la comisión y De Alberto Ullastres, embajador de España ante la CEE, volverán a la mesa de negociaciones para determinar las posibilidades de un acuerdo.

Visto desde lado comunitario, la negociación con España quedará supeditada a la aprobación posterior del Consejo de Ministros de Agricultura de la CEE, que se reunirá aquí el 20 y 21 de este mes. Por el momento los nueve intentan resolver su legislación en el interior de las doscientas millas comunitarias. La CEE reconocerá sólo derechos históricos a Islandia, Noruega, y las islas Feroe, en calidad de países terceros.

Irlanda y Gran Bretaña insisten en contar con una zona propia de cincuenta millas (en vez de las doce que propone la comisión) donde sólo podrán pesca sus buques nacionales. Si Dublín y Londres obtienen satisfacción, el resto de la zona de doscientas millas verá aumentar la afluencia de pescadores de los países de CEE.

Por el momento los expertos de la CEE deliberan hoy sobre las reservas de pescado que se calcula que hay en aguas comunitarias y los eventuales excedentes que podrán concederse a países terceros.

La postura española se articula en cinco capítulos:

1.España tiene derechos jurídicos en las futuras aguas de pesca comunitarias, por lo que la CEE debería permitir ciertas excepciones en su nueva legislación.

2. Los perjuicios socio-económicos de la nueva reglamentación CEE afectarán a toda la zona costera del Cantábrico y Galicia, afectando a unos 100.000 puestos de trabajo directos o indirectos.

3. España debería aumentar sus importaciones de pescado, u otros alimentos de sustitución con la consiguiente pérdida de divisas y desequilibrio de balanza de pagos.

4. Hay que tener en cuenta el factor político de España que, a pesar de su calidad de país tercero, es un país con vocación de entrada en la CEE.

5. Se pide la posibilidad de poder continuar pescando especies que no son comercializadas en gran cantidad en la CEE pero sí en el mercado español (merluza, atún, calamares, pulpo y otros).

En la primera reunión mantenida con los comunitarios España adelantó a la comisión negociadora una nota en la que se perfilaban los aspectos jurídicos más importantes, como pueden ser los convenios de Ginebra y Londres, a los que España se acoge como firmante en su día.

La consideración del derecho histórico que apoya a los intereses pesqueros españoles en las zonas comunitarias, parece que va a ser abandonado como argumento, ya que el nuevo derecho del mar así lo aconseja. Sin embargo el argumento de país ribereño en el caso concreto del Golfo de Vizcaya será utilizado en toda su extensión, ya que España no puede considerarse en este caso como país tercero. Por lo que respecta al Gran Sol, la postura será diferente, ya que nuestra flota pesquera representa el 90% de la flota que faena en aquella zona. Además, en esta zona, los intereses no son contradictorios por cuanto las capturas españolas son en su gran mayoría de merluza, producto que no es demasiado apreciado por los países comunitarios.

La postura española puede encontrar dificultades por parte de Francia e Italia. Los pescadores franceses tienen intereses comunes con ciertas especies comercializadas en España, como el atún. La flota italiana se instalará en zona comunitaria aumentando la competencia en el reparto interno de cupos, entre los nueve de la CEE.

Entre los comunitarios hay una voluntad política de encontrar una solución que salvaguarde parte de los intereses españoles. Sin embargo, en el mejor de los casos, la situación se complicará considerablemente para los pescadores españoles con la entrada en vigor de las doscientas millas de aguas de pesca CEE y la reglamentación del Mercado Común de la pesca que le acompaña.

La mayor parte de las fuentes consultadas por EL PAÍS en Madrid, convienen en apuntar que las previsiones al día de hoy, fecha en la que comienzan las negociaciones formales con la CEE, no son tan pesimistas como parecían serlo hace unas semanas, aunque nadie pone en duda la dureza de las negociaciones. Lo que parece seguro, según afirma un alto cargo del sector es que no se va a dar la patada, aunque para ello se tenga que producir algún tipo de restricciones en las capturas.

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