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Se presentó el "Congrès de Cultura Catalana"

Presidido por importantes figuras de la intelectualidad catalana y castellana se celebró ayer en Madrid la presentación del Congreso de Cultura Catalana acontecimiento sin precedentes en los últimos cuarenta años, que refleja la cristalización de una plena voluntad de diálogo entre ambas culturas.«Consideramos este acto como un paso significativo en el establecimiento de las libertades democráticas», decía textualmente el escrito de adhesión que ante la imposibilidad de asistir enviaron los líderes de la oposición democrática.

Intervenciones

Comenzó el académico Laín Entralgo recordando su descubrimiento personal del alma de la cultura catalana: «Yo no puedo hablar de Cataluña objetivamente; debo limitarme a mi propia experiencia, que se inicia en el año 52 a través del conocimiento de una triada de poetas -Espriu, Riba y Maragall- y de un paisaje, el de Ampurdán.»

Con el descubrimiento de la cultura catalana llega hasta sus ingredientes vitales: el amor a la realidad creada, el arraigo sensorial del hombre a la tierra, la ironía; ingredientes que son necesarios para que el español sea hombre completo, pues de ellos nace una capacidad dialogante y de convivencia que tan necesaria es en estos momentos.

A continuación hablaron Pi Suñer y Castellet, secretario y miembro respectivamente de¡ comité ejecutivo del congreso.

«A la inversa de lo que suele ocurrir -dijo Pi Suñer- que sea el poder el que apoye a la cultura, en el caso de Cataluña la cultura es la que nos lanza hacia la libertad política.»

Respecto al congreso, señaló que su razón de ser es la marginación que ha sufrido la cultura catalana en los últimos cuarenta años y el hecho de que no esté aún normalizada. Añadió que el congreso de cultura catalana es algo más que un congreso académico y científico: es un congreso popular y cultural dando al término de cultura su más amplio sentido.

En relación con el contenido del congreso, Castellet señaló que: «No es fácil explicarlo porque los primeros interrogantes planteados de los que surgió la idea de convocarlo, han resultado más complejos; son cuestiones más que culturales, profundamente políticas; por ello, los contenidos sobrepasan el ámbito de la cultura, del ocio o de lo que llamamos expresiones de cultura superior, para adentrarse en las raíces sociales. Lo que surgió como un congreso de defensa de la cultura catalana (y luego se convirtió simplemente en una afirmación de la cultura catalana) ha llegado a plantearse como un congreso de lo que podríamos llamar civilización con minúsculas.

Los representantes del País Valenciano, Baleares y el Principado de Cataluña, Vicent Ventura, Francesc B. Moll y María Aurelia Campmany fueron especialmente ovacionados en sus intervenciones. En primer lugar Vicent Ventura dijo: «La cultura no es desvinculable de la política, porque la cultura es un acto de militancia», refiriéndose a continuación a las peculiaridades del caso valenciano: «un asunto muy viejo con una característica concreta: los que han mantenido la identidad del país ha sido siempre la clase dominada.»

Después, Francesc Moli destacó la identidad lingüística histórica y sociológica de los tres países catalanes y por fin María Aurelia Campmany dijo: «Permitidme que os hable de una tragedia, la más reciente que ha sufrido el país catalán: la condena a muerte de 1939.»

Estas palabras fueron recibidas con unánimes aplausos.

La intervención del periodista Pedro Altares y del dramaturgo y académico Buero Vallejo dieron fin al acto de presentación del Congreso de Cultura Catalana.

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