El mensaje estético de Bartok
Orquestas Nacional y RTVE
Solistas: Fernando Puchol y Michel
Dalberto.
Obras de Bartok, Mozari, Moussorgsky, Falla, Rimsky, Borodín Wagner.
14 de noviembre.
Tearo Real
La suma de cuanto interpretaron las dos orquestas estatales, radicadas en Madrid, arroja varios puntos positivos, además de las buenas versiones que Frúhbeck y Jordá lograron de páginas tan de repertorio como los Cuadros de una exposición, de Moussorgski-Ravel; El amor brujo, de Falla, y la obertura wagneriana -o prewagneriana- de Rienzi.
Las novedades relativas estaban en el caso de la orquesta RTVE dirigida por Jordá, en el Concierto para piano, de Rimsky, y en la Sinfonía segunda, de Borodín. El un día muy escuchado concierto y hoy un tanto apartado del repertorio posee ideas muy bellas excelentemente variadas y desarrolladas por una orquesta siempre colorista e incitante. La parte pianística acusa influencias de los románticos -Chopín, Schumann, Liszt- que se encuadran en un contexto netamente eslavista. Tuvo a su cargo el papel solista, el profesor de nuestro conservatorio, Fernando Puchol, quien lo defendió con belleza sonora, limpia técnica y buen sentido musical. En cuanto a la Sinfonía de Borodín, acogida como casi toda su obra a la inmensa sombra de El príncipe Igor, sin presentar una cohesión, forman tan apretada exacta como las de Tschaikowsk cultiva la combinación nacionalismo-europeísmo con gran acierto extraordinario atractivo gracias una riqueza de ideas melódicas instrumentales, principalmente así como a la originalidad de ritmos procedentes de la tradición popular. Enrique Jordá consiguió de la centuria radiotelevisiva resultados esplendorosos que vinieron a renovar, a muchos años fecha, Ias grandes ovaciones que en los dias de la postguerra recibía el actual titular de la Orquesta de Amberes en el Monumental Cinema.
El público de los viernes -lo señalo por ser el menos aplaudidor- acogió muy favorablemente la programación, por Frühbeck de Burgos, de las Canciones campesinas húngaras de Bela Bartok, modélicas en cuanto tratamiento de lo popular sin desvirtuarlo, pero convertido en nuevo mensaje estético. Páginas como estas -que la ONE tocaba por vez primera- resultan imprescindibles para la mejor comprensión del Bartok más trascendental. Una balada, siete aires de danza y una melodía de gaita son tratados por Bartok respetando las estructuras originales
La otra novedad de la ONE fue la presentación del pianista Michel Dalberto en el precioso y original Concierto 17, de Mozart. Tiene Dalberto veintiún años y posee una técnica clara, refinada sensibilidad y transparente sonido. Hizo un Mozart a la francesa, dicho sea sin demérito, sino todo lo contrario, pues en el país vecino han abundado los buenos traductores del salzburgués.
Babelia
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