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"España es el país más pacífico del mundo"

Ayer se celebró la presentación del libro de Amando de Miguel, 40 millones de españoles / 40 años después (Ed. Grijalbo) en los salones del hotel Ifa. Con anterioridad, el sociólogo español celebró con los informadores una rueda de prensa en la que, en un tono irónico y desenfadado, introdujo el texto que definió como «un libro de moral» y «un viaje casi turístico por España».

«Lo que más me ha interesado -dijo Amando de Miguel- es el cambio moral de los españoles, y esa paradójica victoria de los vencidos. Cuarenta años después vemos que los intentos de construcción de una España tan especial, la España de los vencedores, han fracasado estrepitosamente. Los jóvenes españoles actuales mantienen las mismas posturas que sus contemporáneos europeos. Pues bien, los mecanismos por los que la sociedad española ha dado este cambio son los que me han interesado al hacer este libro.»Un libro, dijo, que continúa, desde el otro prisma, esa indagación en la España del franquismo que se intentaba, desde las élites políticas, en la Sociología del franquismo. Textos, canciones, estadísticas y mapas, fotos y recuerdos de colegio, testimonios vivos y viejos libros, han servido de material de base a este libro irónico y crítico, un pelín escandaloso y bastante ajustado a la realidad de la gente española. El turismo, la emigración, la desobediencia cívica casi insensible y la transmisión persona a persona («que hace fracasar siempre a las instituciones y a la propaganda») han sido las causas de este cambio real.

¿Los resultados? Una España madura, esa que desearon los hombres de la República, que ha entrado en la industrialización, que aunque es un país periférico, en la órbita USA, lo que le resta infinitamente capacidad de decisión sobre su economía e incluso sobre su política, está lista para saltar a la democracia. Que este salto delante del tiempo o este fracaso moral del franquismo ha dado a nuestro pueblo características especiales: ser, por ejemplo, el país más pacífico del mundo y uno de los más controlados socialmente. «El paso a la democracia -dijo- tendrá que pagar el tributo de la violencia». «El Estado español, contra lo que se piensa, es un Estado débil, con pocos funcionarios y pocos policías. Y hay pocos policías, porque, en este país aparentemente cachondo, los papeles y las conductas están perfectamente marcadas, la represión internalizada es muy fuerte, y, en suma, nos controlamos unos a otros. Hay 40 millones de policías. El paso a una sociedad más libre no se hará sin un aumento, por ejemplo, de la criminalidad de sangre, de la violencia en general». El libro, en cuya portada se exhiben «los tres poderes del pueblo español: el castillo -la vieja oligarquía terrateniente-, la iglesia y el silo -ese sostén de la autarquía, el sueño franquista del Servicio Nacional del Trigo-», y sobre esa foto castellana, «la imagen esquizofrénica de las dos Españas», presenta dos textos paralelos: uno el propiamente dicho -irónico porque «la ironía escuece menos»- y otro, tan intencional al menos, constituido por la imagen, fotos, mapas, pies independientes del texto. Y tiene un gran mérito: esa capacidad de ser leído por ámbitos que sobrepasan las minorías especializadas. Si es que estos potenciales lectores pueden sobrepasar la barrera del precio (600 pesetas).

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