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Crítica:CLASICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"Romeo y Julieta", una vez mas

Aparece, por vez primera en España una grabación de la ópera de Vincerizo Bellini I Capuleti e í Montecchi. No recuerdo que se haya representado esta ópera en Madrid. Es, por tanto partitura desconocida para la mayor parte de los aficionados. Además, entre estos ha corrido la vieja y ligera opinión que ve en Capuleti un trabajo juvenil de Bellini, apresurado y con muy poca entidad artística. Nada más falso. Claro, todos los juicios por erróneos que sean, tienen un punto de partida. En este caso, el casi improvisado origen de la partitura.Bellini había firmado un contrato con el, teatro de la Felice de Venecia según el cual debería componer una ópera Para la temporada -1829-1830 si Giovanni Pacini no terminaba un -encargo similar del teatro. Se había previsto el incumplimiento de este compositor siciliano porque estaba ocupado en escribir, por las mismas fechas, una ópera para Turín. La ópera de Bellini se basaría en el libreto de Romani titulado Giulietta Capellio. El contrato especificaba que no podía transcurrir un mes entre el momento de recibir el compositor el texto de Romani y 91 día del estreno. Un verdadero desafío que el joven Bellini aceptó presionado por el Gobierno de Venecia, el cual estaba ya en apuros porque, como se temía, Pacini no había enviado la partitura de su ópera en la fecha prevista. Si pensamos que el día tope para la recepción del, trabajo de* Pacini era el 20 de enero de 1830 y el estreno de I Capuleti e i Móntecchi tuvo lugar el 11 de marzo: del mismo año, tendremos un plazo tan breve que parece imposible realizar en él un trabajo serio y valioso. Y, sin embargo, la ópera de Romani lo es.

Vincenzo Bellini: I Capuleti e i Montecehi

Opera en dos actos y seis cuadros. Libro de Felice Romani. Intérprets: Beverly Sills, soprano. Janet Baker, mezzosoprano, Nicolái Gedda, te ior. Robert Lloyd, bajo. Ramond Herincx, bajo. Coro John Alldis. Nueva Orquesta Philarmonia. Director: Giuseppe Patane. EMI a,165-02713115 Q.

Sin aditamentos

I Capuleti e i Montecchi es la sexta de las óperas de Bellini.y la cuarta escrita por él sobre un texto de Romani. Las razones que explican un resultado tan notable en tan poco tiempo pueden encontrarse en la gestación de la-obra. Para, empezar digamos que Romani,ya había escrito un Giulietta e Romeo cinco años antes, al que puso música Nicola Vaccai (1790-1848). Romani refundió su propio libro, centrando extraordinariamente la acción en la tragedia amorosa, de forma que la representación se ciñese a lo sustancial del drama shakespeariano. Por otra parte, no parece que Romani conociese la pieza de Shakesppare, pues hay al teraciones importantes con respecto a ella. Por ejemplo, Tebaldo es aquí el prometido de Giulietta y Lorenzo un médico de Verona. Se ha pensado que, tal vez, Romani recrease el clima a partir de Bandello.

Una vez en sus manos el texto, apto para una representación directa, sin aditamentos que dispersen al espectador, Bellini se puso manos a la obra. Para la composíción se valió, como lo haría con posterioridad, de algunos de sus trabajos de estudiante, la ópera Adelson e Savini y, sobre todo, Zaira, estrenada un año antes en Parma sin éxito. De Zaira utilizó bastantes números, modificando las melodías para adaptarse al nuevo texto, creando tan sólo lo referente a las escenas finales del segundo acto en el panteón de los Capuleti. Charles Brauer ha examinado hace unos años las relaciones entre Zaire y I Capuleti e i Montecehi en su tesis doctoral para la Universidad de Yale, Vincenzo. Bellini ( 1872). En cualqui er caso, Bellini logra una obra maestra del bel canto, muy característica de su estilo, bellamente declamatorio y de elegante, puro, delicado melodismo. La riqueza lírica de esta,ópera, también excelente en la parte instrumental, puede ponerse al lado de sus grandes obras posteriores: La Sonnambula, Norma, Beatrice di Tenda, e Puritani. El segundo acto de I Capuleti e i Montecchi es un acierto pleno. La sensibilidad romántica de Bellini capta hasta en los más ánimos detalles la atmósfera angustiosa y sombría del panteón funerario de los Capuleti. Su inspiración melódica se estiliza al máximo para crear un clima de,pesadilla que está entre los momentos más sublimes de toda su producción.

¿Por qué no ha tenielo suerte esta ópera de Bellini? Philip Gosset lo explica bien en la exégesis que hace de ella para la grabación que ahora aparece en España. En primer término la dificultad de encontrar unasoprano (Giulietta) y una mezzosoprano (Romeo) de verdadera categoría. En segundo lugar, la absurda tendencia a utilizar un tenor en el papel de Romeo, lo cual perjudica las melodías bellinianas, pensadas y realizadas para el timbre de una mezzo. Finalmente, la costumbre, extendida durante el siglo pasado, de sustituir el maravilloso final de Bellini por el de la ópera de Vaccai, costumbre iniciada por la célebre cantante española María García, la Malibrán. El tema de los trágicos amores de Romeo y Julieta ha sido fuente de inspiración de numerosos compositores a lo largo del tiempo. En España sólo subió al escenario la admirable ópera en cinco actos de Charles Gounod (1867), a pesar de que Conrado del Campo haya escrito en 1914, sobre libreto de Iracheta, Los amantes de Verona. De la ópera de Don Conrado sólo conozco su existencia. De la de Bellini puedo ahora decir que merece ser representada cuanto antes.

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