Fuertes medidas de seguridad en torno a los Reyes

La situación política interna de la República colombiana marcó a nivel informativo el tercer día de estancia de los Reyes de España en Colombia, quienes llegaron la noche del martes a Bogotá, procedentes de Cartagena, donde presidieron los actos conmemorativos del 12 de octubre. Su llegada a Bogotá estuvo rodeada de fuertes medidas de seguridad, y la presencia de fuerzas de la policía y del Ejército eran visibles por las calles de la ciudad.

El estado de excepción implantado en Colombia con motivo de la visita de los Reyes, como informa la prensa colombiana, se hizo sentir en los días anteriores a la llegada de los Monarcas españoles. El lunes y el martes se detuvieron en Bogotá más de 600 personas, como resultado de las operaciones que se llevan a cabo encuadradas en el plan Monarca de seguridad, establecido por el Ministerio de Defensa Nacional a través de la brigada de institutos militares. De acuerdo con este plan se ha acuartelado a la policía nacional, y miles de soldados de las tres brigadas colombianas han sido destinados para el patrullaje de la ciudad.En la noche del lunes, una de estas patrullas fue atacada por una célula urbana de los grupos guerrilleros y del Ejército Popular de Liberación, ocasionando un soldado muerto y dos heridos.

La preocupación de las fuerzas de seguridad es grande, máxime cuando los comandos Pedro León Arboleda, del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) han enviado a los medios informativos notas anunciando que pensaban cometer atentados contra la comitiva real. Esta preocupación ocasionó ayer en Bogotá las dificultades más serias a los periodistas desplazados para cubrir la información del viaje real, a quienes en más de una ocasión se les prohibió la entrada a diversos actos en los que estaban oportunamente acreditados.

El incidente más serio se produjo a la entrada del Museo del Oro -primera visita oficial de los Reyes en Bogotá-, cuando tras impedírseles la entrada, fueron maltratados por la policía militar. Este hecho provocó una protesta formal de los periodistas acreditados, quienes hicieron constar que no proseguirían su trabajo sin una mínima seguridad. Este incidente, tras el cual los informadores se retiraron sin cubrir la información, dadas las dificultades puestas por las fuerzas dé seguridad, provocó la protesta del ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y del propio embajador de Colombia en Madrid, Belisario Betancourt.

Una hora después, el presidente de la República, doctor López Michelsen, hacía llegar a los informadores su disculpa y la promesa de que en lo sucesivo se evitarían estos incidentes. El Rey don Juan Carlos, enterado del trato dado a los periodistas españoles, quiso charlar con ellos y, fuera de todo programa, les concedió una audiencia en la residencia del ministro señor Oreja -el Hotel Hilton-, en la que les agradeció la labor y el trabajo que estaban realizando.

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