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Lluvia radiactiva en Pensylvania

La planta de energía nuclear de Susquehana, en Pensylvania, tomó medidas de emergencia ante lo que supuso un escape radiactivo. La detención, sin embargo, no provenía de avería alguna, sino del polvillo nuclear que asrastraron las lluvias caídas la semana pasada en la costa oriental americana. Parece ser que el origen de esta elevada radioactividad está en la última prueba nuclear china realizada el pasado día 26 de septiembre, al noroeste del país. Según los expertos, la explosión experimental china fue de rendimiento moderado, comparable a una explosión de TNT de 20.000 a 200.000 toneladas.Aunque las autoridades sanitarias han manifestado que no hay ningún peligro para la salud pública, los técnicos afirman que los niveles de radiación han sobrepasado por primera vez los de los años sesenta, en plena efervescencia de pruebas nucleares de la Unión Soviética y Estados Unidos.

En el laboratorio especializado de Brookhaven, donde se estudiaron las sustancias arrastradas por las lluvias, pudo comprobarse que había considerable cantidad de radiactividad, originada por yodo 131. Este yodo tiene poca vida, pero causa especial preocupación sanitaria debido a su preferencia por acumularse en el tiroides.

Los niveles actuales se cifran -según los análisis de muestras de leche- en 600 picocuries. Si el nivel llegara a 1.000 se produciría situación de alarma. El yodo entra en la cadena alimenticia cuando los animales consumen vegetales contaminados. La carne o la leche de estos animales pueden afectar a los seres humanos, y especialmente a los niños.

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