Esteban Belarraiz,
primer teniente, de alcalde de Castillo-Elejabeltia, localidad vizcaína próxima a Galdácano, sintióse tocado en sus más íntimas fibras y, requiriendo la escopeta de caza, se echó a la calle a reprimír, la subversión en plena noche. Un grupo de mozos, que salía de celebrar una despedida de soltero cantando canciones vascas y gritando Gora Euzkadi askatuta recibió por esta causa una rociada de perdigones loberos. Cinco de los orfeonistas resultaron levemente heridos a consecuencia de la ira del concejal francotirador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.